Extremadura se ha presentado en Fitur 2011 como una región cuyo sector turístico apuesta por una nueva fórmula denominada 'Turismo Slow' y que consiste en una oferta basada en "experiencias" vitales, "contacto con la naturaleza" y disfrute "sin prisas" de un patrimonio que procede "del pasado" pero con las comodidades "del siglo XXI".

La consejera de Cultura y Turismo, Manuela Holgado, ha señalado en declaraciones a Europa Press que en esta oferta de "vivencias" participan las administraciones y los empresarios, pero también "todos los ciudadanos", los cuales "son importantes" para que los visitantes, cuando regresen a sus regiones o países de origen, "recuerden" los días que pasaron en Extremadura y regresen.

Ha precisado que quien quiera un turismo "monótono" de "sol y agua" también lo tiene en Extremadura, toda vez que por sus pantanos es la región con "más kilómetros de costa interior" de España.

Sin embargo, el principal objetivo es ofrecerse como un "destino idóneo" para llevar a cabo un turismo "experiencial" y "sin prisas"; de ahí viene el calificativo de 'slow', que en inglés significa "lento" o "despacio".

Este modelo, que comienza a desarrollarse a nivel internacional, está dirigido hacia familias con niños que puedan gozar de la naturaleza y el patrimonio o bien hacia personas con inquietudes culturales que buscan "experiencias" personales y tienen interés por las "costumbres" que significan un "respeto" al pasado y al entorno.