Los Reyes Magos se pasean por Madrid en una noche sin lluvia

  • Los preparativos para la Cabalgata obligaron a efectuar cortes de tráfico.
  • La comitiva de los Reyes Magos comenzó a las 18.30 del paseo de la Castellana.
  • La caravana ha marchado sin incidentes y sin la presencia de la temida lluvia.
Una carroza de estrellas lleva a un rey mago en la cabalgata de Madrid.
Una carroza de estrellas lleva a un rey mago en la cabalgata de Madrid.
EFE
Una carroza de estrellas lleva a un rey mago en la cabalgata de Madrid.

La ilusión de miles de niños ha frenado la lluvia que amenazaba la Cabalgata de los Reyes Magos de Madrid, que ha transcurrido felizmente, entre petición de caramelos y deseos de los niños a sus Majestades de Oriente, que han rendido homenaje a los abuelos.

La Cabalgata, que constaba de más de treinta elementos, partió a las 18.30 horas de la plaza de San Juan de la Cruz y bajó lentamente por la Castellana, destino a Cibeles. Los pequeños, bien abrigados y en su mayoría encaramados a escaleras, vallas o a los hombros de los padres, quedaron maravillados con las dos esferas transparentes gigantes -de 6 y 9 metros de diámetro- que iban rodando con bailarines en su interior, y que fueron las que abrieron el desfile.

La comitiva real estuvo integrada por cincuenta pajes que portaban grandes estrellas inflables de dos metros de envergadura, y un gigante real, llamado Salvador, de 9 metros de altura, fue el encargado de preceder a Sus Majestades. Lo último fue lo más esperado, como siempre: las carrozas de los Reyes Magos, plagadas de estrellas y de corazones que simbolizaban el amor de los abuelos, ya que este año la Cabalgata estaba dedicada a ellos.

Precisamente por ello desfilaron dos marionetas gigantes de un abuelo y una nieta que se disponen a ir a dormir con un libro de cuentos. Varios abuelos que acompañaban a sus nietos en la Cabalgata se han felicitado de esta iniciativa, ya que según dijeron "es muy bonito que se reconozca este cariño"

El momento más importante de la Cabalgata, el paso de Sus Majestades, transcurrió entre aplausos y petición de caramelos por parte de todos los niños, algunos de los cuales no se podían creen lo cerca que estaban de los Reyes Magos.

Otros se quejaban de que no podían coger caramelos porque estaban sobre alguna de las miles de escaleras que poblaban el recorrido, y entonces los padres les advertían de que tenían que elegir entre estar sobre la escalera y ver bien o coger caramelos. En esta ocasión se repetió, como suele pasar todos los años, la imagen de los paraguas puestos del revés para coger el mayor número de caramelos.

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