Casi la mitad de la población trabajadora andaluza tiene problemas para conciliar su vida laboral y familiar

Casi la mitad de la población trabajadora andaluza tiene problemas para conciliar su vida laboral y familiar, según se recoge en un libro que ha presentado este martes la directora general del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), Soledad Pérez, y en el que también se destaca que las mayores dificultades laborales y de acceso al crédito las sufren las mujeres.

Casi la mitad de la población trabajadora andaluza tiene problemas para conciliar su vida laboral y familiar, según se recoge en un libro que ha presentado este martes la directora general del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), Soledad Pérez, y en el que también se destaca que las mayores dificultades laborales y de acceso al crédito las sufren las mujeres.

Así, según ha informado la Junta de Andalucía, los avances en la conciliación entre la vida laboral, familiar y personal en Andalucía se están realizando muy lentamente, al igual que en el resto de España y el mundo, ya que cerca de la mitad de las personas empleadas en Andalucía (45,3 por ciento) tiene dificultades para conciliar, especialmente en el caso de las mujeres (en un 49,7 por ciento de los casos, frente al 41,9 por ciento de los hombres).

Se trata de una de las conclusiones del citado libro, titulado 'Impacto de la Ley de Igualdad y la conciliación de la vida laboral, familiar y personal de las empresas andaluzas' y del que son autores Lina Gálvez y Mauricio Matus.

La obra, editada por la Fundación de Estudios Sindicales con el apoyo del IAM, define el perfil medio de personas que sufre mayores complicaciones a la hora de conciliar como mujer, de 25 a 44 años, con niveles educativos bajos e integrante de familias a cargo de menores o adultos dependientes.

Ante esta situación, los problemas de conciliación de la vida laboral, familiar y personal de la ciudadanía andaluza se terminan saldando, según el estudio, con el sacrificio de algunos de estos aspectos de sus vidas, diferentes según el género. Así, los hombres sacrifican la dedicación familiar y personal en un 81,6 por ciento (frente a un 79,6 por ciento de mujeres) por falta de conciliación; mientras el 52,5 por ciento de las mujeres (frente a un 45 por ciento de hombres) renuncian a algún aspecto de su vida laboral por imposibilidad de conciliar.

Otro aspecto llamativo del libro, basado en datos oficiales y en un conjunto de encuestas, es el hecho de que, mientras el ingreso en el mercado de trabajo de las mujeres implica para sus parejas masculinas una mayor dificultad a la hora de conciliar sus responsabilidades, para las mujeres la situación es inversa: les es más difícil conciliar cuando sus parejas no participan en el mercado laboral, dado que los hombres que no tienen empleo no se especializan en el trabajo doméstico.

Mercado de trabajo

Sobre el mercado de trabajo, el estudio incide en la persistencia de las diferencias de género en las tasas de actividad y empleo, a pesar de la evolución positiva de los últimos años. En la población activa (aquella que se define por su predisposición de trabajar) el porcentaje de hombres supera al de las mujeres en casi 20 puntos, dato que induce a pensar sobre la persistencia de la figura del ama de casa en los hogares andaluces. Respecto a la población empleada, hay más de 15 puntos de diferencia entre hombres y mujeres. Asimismo, del total de población ocupada a tiempo parcial en Andalucía, el 78,3 por ciento son mujeres y el 21,7 por ciento hombres.

La sectorización de la ocupación femenina (fundamentalmente en servicios y sector agrario, así como en la administración pública) y la mayor tasa de asalariadas entre las mujeres es otro de los aspectos destacados, junto a la menor presencia femenina en el empresariado. En este sentido, el estudio subraya barreras históricas como las dificultades de acceso al crédito por parte de las mujeres, que hasta la conclusión de la dictadura necesitaban el permiso del marido para abrir una cuenta o pedir un préstamo. Y todavía en el año 2004 (última actualización), los préstamos concedidos a mujeres como primer titular representan en España un cuatro por ciento del total, y aquellos en los que aparece la mujer como único titular sólo son el dos por ciento.

En relación a la percepción de la igualdad, una de cada cuatro personas (20,4 por ciento), algo más en mujeres (23,2 por ciento), no piensa que exista igualdad de trato entre mujeres y hombres. La mayoría de las personas parece conocer las leyes de igualdad (77,1 por ciento), y la percepción mayoritaria es que éstas tienen un impacto positivo, tanto sobre hombres como sobre las mujeres. Además, el 61,1 por ciento piensa que también son útiles o muy útiles los planes de igualdad, si bien son relativamente pocas las personas que saben si en su empresa existe uno de estos planes (23 por ciento).

El libro aboga en sus conclusiones por varias líneas de acción para mejorar las condiciones laborales de la población y favorecer la conciliación, que van desde el fomento de la igualdad y la corresponsabilidad por parte de las instituciones hasta el establecimiento de incentivos a planes empresariales de igualdad o la reordenación de los tiempos de los servicios de cuidados y los del mercado de trabajo, flexibilizando los horarios y privilegiando la gestión por objetivos más que por asistencia.

Políticas de la junta

En este sentido, la directora del IAM ha recordado el carácter transversal, en todas las políticas de la Junta, que conlleva el I Plan Estratégico para la Igualdad de Mujeres y Hombres en Andalucía 2010-2013, que tiene entre sus líneas directrices la conciliación y la corresponsabilidad.

Asimismo, Pérez ha subrayado que el IAM desarrolla, entre otras actuaciones, el programa Concilia, dirigido a elaborar estrategias globales e integradas de conciliación, junto a varias iniciativas para fomentar la creación de planes de igualdad en el seno de las empresas (como Igualem). En este sentido, ha aludido también la negociación colectiva como uno de los instrumentos más eficaces para impulsar la igualdad en las empresas, a través de la inclusión de cláusulas de género en los convenios.

Para Soledad Pérez, la conciliación y la corresponsabilidad no es sólo "una cuestión de justicia", sino también un elemento "clave" para el desarrollo empresarial y económico de la sociedad, ya que "un mayor equilibrio redundará en una mayor calidad de vida de las personas trabajadoras, un mejor aprovechamiento de los recursos humanos y una consecuente mayor productividad y competitividad".

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