El obispo auxiliar de Toledo, Carmelo Borobia, se ha despedido de la Diócesis toledana, dando las gracias a "obispos, hermanos sacerdotes, familiares y fieles encomendados por Dios a mi atención pastoral, a todos y especialmente a los seminaristas, y también a todos los que sufren y a los pobres".

Así se ha pronunciado el obispo toledano durante la misa de despedida que ha tenido lugar en el Seminario Mayor de Toledo, según ha informado en nota de prensa el Arzobispado, después de que el pasado 3 de diciembre el Papa Benedicto XVI aceptara la renuncia de Borobia, después de que este cumpliera los 75 años, tal como prescribe la ley de la Iglesia.

En este marco, Borobia ha asegurado que "a lo largo de estos 21 años de vida episcopal he sufrido las lógicas incomprensiones, tanto de los obispos, mis compañeros, como de los sacerdotes, sin excluir las propias incomprensiones hacia mis compañeros obispos y presbíteros. Por esto último pido comprensión y perdón a todos los que haya podido ofender o hecho sufrir".

"Por mi parte tengo que agradecer el amor y la comprensión que me han tenido los sacerdotes con quienes he convivido. Me han dado innumerables pruebas de amor y de afecto. Gracias a ellos me he podido unir más a Jesucristo, Muerto y Resucitado por nosotros", ha concluido.