Después de un disco como Andorra, en el que rendías homenaje a la psicodelia de los sesenta, te desmarcas con tu nuevo trabajo, Swim, con el que das un giro de 180 grados. ¿Por qué este cambio de registro?

Sentí que con Andorra ponía el punto final a una etapa iniciada con mis dos primeros álbumes como Caribou, ligados a la psicodelia de los cincuenta y sesenta. Quería cambiar drásticamente, obtener un sonido propio y menos influenciado por un género en particular. Cuando compuse Andorra empecé a escuchar cada vez más el trabajo de productores relacionados con la música dance, me empezó a gustar muchísimo el trabajo de James Holden y el de muchos jóvenes productores de la escena de Londres. Además, cada vez toco más en directo y acudo a más clubes. Todos estos elementos se combinaron para que Swim saliese de esta manera. Lo que tenía claro es que quería algo distinto.

¿Podría decirse que Andorra es tu particular homenaje a la psicodelia y que Swim es la búsqueda de un sonido más personal de Caribou?

Ninguno de mis trabajos anteriores han sido homenajes intencionados. Por eso, cuando empecé a trabajar en Swim me di cuenta de que no quería que la gente pensara que hacía música para homenajear otro sonido. Quería hacer música que se identificara conmigo.

¿Cómo es tu proceso de trabajo?

He grabado todos mis discos en casa porque tengo mucho espacio en mi apartamento. Realmente Swim ha sido el primero con el que, después de estar un año grabando, decidí citarme con dos ingenieros de sonido (David Wrench’s Drumapella y Jeremy Greenspan de Junior Boys) para que lo mezclaran. Ha sido algo nuevo e impresionante, porque he apren- dido un montón de ellos, pero sigo pensando que siempre grabaré en casa.

¿Qué te hizo contar con ellos?

Me dejo llevar más por lazos personales que por gente que haga música que me guste. Así ha sido con Jeremy y David. Aunque tenga cosas en común con ellos musicalmente hablando, necesito que también haya un componente personal. Necesito sentirme cómodo para poder decirles si me gusta o no me gusta lo que hacen.

Otro músico al que le debes mucho es Kieran de Four Tet.

Aunque Kieran no aparece como colaborador directo en este disco, es incuestionable que ha ejercido una de las mayores influencias en mi trabajo a lo largo de estos años. Fue la primera persona que sacó mi música al mercado. Ambos tenemos la misma visión, nos emocionan e interesan las mismas cosas. Aparte de mi mujer, es la primera persona que escucha lo que hago y al que le pido consejo. En lo musical somos como una pareja.

Volviendo a Swim, has comentado que tu intención era componer «música líquida que fluyera adelante y atrás». ¿Podrías explicarnos esta idea?

Este es el primer disco en el que he partido de un concepto previo. Todos los demás han sido el resultado natural de jugar con la música y experimentar, no había una idea preconcebida. Lo de hacer música fluida vino antes de Swim, puede que desde que sigo a James Holden. De hecho, en el último tema de Andorra intenté hacerle un homenaje.

¿Te consideras un artista al margen de las modas?

En realidad siempre he hecho música para mí mismo. Desde que tengo uso de razón he estado componiendo, así que pienso que aunque nadie quisiera publicar uno de mis discos o escuchar uno de mis temas, lo haría igualmente. No me importa que lo que haga esté o no de moda, está motivado por un impulso creativo.

Llevas un tiempo viviendo en Londres, ¿qué puedes contarnos de su escena?

La escena musical en Londres es muy emocionante. Si me lo hubieras preguntado hace cinco o seis años, te hubiera dicho que casi toda la música que se pinchaba en el Reino Unido era horrible. Ahora es casi imposible estar al día con todos los jóvenes músicos y productores de dance que publican discos interesantes de forma constante, muchos de ellos influenciados por el dubstep o el funky.

¿Por dónde te vas a desmarcar en el siguiente álbum?

Creo que Swim me ha abierto muchos frentes creativos, muchas direcciones que tomar, pero de momento todavía estoy disfrutando de la gira. Cuando esta acabe, habrá pasado un año desde la publicación del disco. Entonces sí me moriré de ganas de encerrarme otra vez en el estudio.

Este verano estuviste presentando Swim en Sónar, ¿cómo fue la experiencia?

Sónar fue uno de los primeros directos que hice cuando salió mi primer álbum. Tocaba en directo con un portátil. Eso ocurrió en 2002, prácticamente no había viajado fuera de Canadá, nunca había estado en Barcelona y muy poca gente conocía mi música. Sin embargo, fue una experiencia increíble. Volver a tocar en el mismo sitio ocho años después ha sido emocionante. Sentí que ahora la gente sí estaba allí por mí.

¿Y qué nos tienes preparado para tu próxima visita en diciembre?

Desde el concierto del Sónar, los directos han ido mejorando y las canciones también han evolucionado. Cuando lleguemos a España estoy convencido de que ofreceremos los mejores conciertos de todo el año.

Estarás entusiasmado con el discazo de remezclas de Swim que se acaba de publicar...

Completamente. Swim está inspirado en la música de mucha gente que admiro como Junior Boys, James Holden, Fuck Buttons, Gavin Russom, David Wrench... Este disco ha sido una manera de hacerles partícipes del proyecto y ver lo que les inspiraba a ellos. Todos los remixes son geniales.

Caribou actúa el 10 de diciembre en Bilbao (Santana 27. Heineken Music Selector), el 11 de diciembre en Madrid (ATENCIÓN CAMBIO DE SALA: Sala de Columnas del Círculo de Bellas Artes. Heineken Music Selector) y el 12 de diciembre en Barcelona (dentro del aniversario de la sala Razzmatazz).

www.myspace.com/cariboumanitoba