Los camiones con basura radiactiva llegan a Gorleben pese a los bloqueos antinucleares

El polémico transporte nuclear alemán con 11 contenedores Castor y 123 toneladas de residuos radiactivos ha llegado este martes  a su destino final en el depósito de basura atómica de Gorleben, tras casi cuatro días de accidentado viaje y de constantes bloqueos protagonizados por activistas antinucleares.

Los camiones pesados con los gigantescos contenedores realizaron los últimos 20 kilómetros de viaje por carretera sin incidentes y en algo más de una hora desde la estación de ferrocarril de Dannenberg hasta el depósito en el norteño estado alemán de la Baja Sajonia. Poco antes los agentes habían retirado un camión de Greenpeace que bloqueaba la salida del convoy y retirado a miles de activistas antinucleares que protagonizaron toda la noche una sentada a las puertas del almacén de Gorleben.

La masiva presencia de la policía, que desplegó en los últimos días a más de 20.000 agentes en la región, hizo que la última etapa del accidentado viaje se desarrollase con una calma desconocida frente a los incidentes de las jornadas anteriores. Conscientes de que sería imposible impedir la llegada a Gorleben del polémico convoy, los activistas antinucleares se concentraron en obstaculizar su marcha con todos los medios a su alcance, utilizando para sus bloqueos desde tractores y camiones camuflados hasta rebaños de ovejas y cabras.

El último gran bloqueo lo protagonizaron unos 3.000 manifestantes que aguantaron 44 horas de sentada ante las puertas del depósito nuclear, hasta que este martes fueron desalojados pacíficamente por la policía, que los fue retirando uno a uno y en volandas hasta despejar el acceso. El duodécimo convoy de contenedores Castor se ha enfrentado a la mayor resistencia popular desde que en 1995 circulara el primero de ellos y ha necesitado más tiempo que nunca para alcanzar su destino, en esta ocasión con más de 24 horas de retraso.

La ira de los manifestantes no se dirigía sólo al transporte en sí, sino también a la reciente decisión gubernamental de prolongar hasta 14 años la vida de las centrales nucleares y a la posibilidad que se baraja de convertir Gorleben en un depósito definitivo de basura atómica. El viaje del convoy de basura radiactiva hasta este depósito nuclear comenzó el viernes en la planta de reprocesamiento de La Hague (Francia) y durante todo el trayecto en tren hasta Dannenberg se vio afectado por el constante asedio de los activistas antinucleares.

En las proximidades de Dannenberg se organizó este fin de semana la concentración antinuclear pacífica más concurrida en tres décadas, en la que participaron unos 50.000 manifestantes.

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