Así lo ha comprobado

20 minutos tras realizar un sondeo por la ciudad consultando en torno  a un centenar de ofertas de particulares. Se buscaba un piso amueblado con tres habitaciones, salón, cocina y baño.

Delicias, San José, Centro, Casco Histórico y Almozara son las zonas donde ahora se ofertan más pisos en alquiler. Pero  la oferta es mucho menor que en junio o en septiembre y, por tanto, son mucho más caros.

Los pisos visitados en los últimos dos meses tenían fijados alquileres de 550 a 600 euros al mes. Todos ellos presentaban alguna deficiencia notoria. Buscar alguna vivienda con mayores garantías de calidad significaba asumir alquileres de 750 euros al mes en adelante.

Casi todos los pisos de tres habitaciones ofrecidos en alquiler, realmente sólo disponen de dos habitaciones operativas. La pequeña suele tener apenas 4 metros cuadrados y sin ventilación.

Pegas de todo tipo

Pero hay más problemas. En la calle Sevilla, una mujer alquilaba un piso de 70 metros cuadrados sin calefacción y sin sofás en el salón por 580 euros. En la misma zona, otra casera pedía 550, más los gastos de comunidad, por un piso interior del mismo tamaño, con el papel pintado rasgado, sin apenas luz natural y un dormitorio con vistas a una pared de ladrillos a escasos metros de la ventana.

Aval bancario como garantía

Los arrendadores particulares solicitan en muchas ocasiones avales bancarios a los posibles inquilinos. Se aseguran así el cobro de las mensualidades si el arrendatario no cumple su parte del alquiler. El caso más llamativo de los consultados por 20 minutos fue el de un piso en la calle Echegaray y Caballero por el que pedían un aval de 8.400 euros por un año de contrato.

La alternativa de las inmobiliarias

Ventajas: Con una inmobiliaria el inquilino se ahorra la búsqueda del piso –tan sólo acude a ver los que se ajustan a su perfil– y se asegura encontrar uno en buen estado con las comodidades básicas cubiertas.

Desventajas: El alquiler suele ser más caro y se exige el pago de cuatro mensualidades nada más entrar al piso. Una es para la empresa, dos son de fianza para el dueño y la otra la correspondiente al primer mes de alquiler.

Cómo apuntarse: Para requerir los servicios de una inmobiliaria basta contactar por teléfono o en persona. La intermediación de profesionales da más garantías y facilita la gestión, pero implica gastarse más dinero.