Entonces caí en la cuenta de lo que sucedió hace una semana en el palacio de la Zarzuela: un bautizo sencillo, íntimo, familiar, en el salón de la casa, con los abuelos como padrinos, con la familia directa como asistente, en fin, como cualquier familia española. ¿No es éste el más claro ejemplo de sencillez y cercanía al pueblo de nuestra Familia Real?.
Para todos los que la critican: mirad siempre a los ajenos y comprobaréis la gran diferencia.
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