Rentas del ahorro: Unificación en un solo tipo de todas las rentas del ahorro, que tributarán al 15%.

Rentas del trabajo: Este apartado se lleva el 80% de la base imponible del IRPF. El objetivo es compensar los gastos generales del trabajador mediante la discriminación positiva a estas rentas frente a las ganancias del capital.

Deducción por compra de vivienda: Se mantendrá al 15% sobre 9.000 euros, aunque puede que se eliminen los porcentajes aplicados a los primeros 4.500 euros. «Actualmente, al adquirir una vivienda los compradores reciben durante los dos primeros años deducciones del 25% sobre los 4.500 primeros euros y una vez sobrepasada esta cantidad, se aplica un 15%, hasta el límite de 9.000 euros. El tercer y cuarto año, las deducciones se reducen, respectivamente, un 20% y un 15%. Con la reforma, la deducción general para los cuatro años será del 15%», explica Ricardo de Guindos, asesor fiscal.

Viviendas y alquileres: Los inquilinos recuperan la desgravación por alquiler y compartirán con los arrendatarios el beneficio fiscal  del que ya gozan en el actual impuesto de la renta.

Planes de pensiones: Habrá un reajuste en los límites de las aportaciones y se primará fiscalmente el rescate en forma de renta mensual, frente al actual que incentiva el rescate de los fondos en forma de capital, de una sola vez.

Deducciones familiares: Los contribuyentes se desgravarán una cantidad fija por hijo: «Tanto rentas altas como bajas desgravarán por igual con esta reforma».

También cambia para las empresas

En cuanto al impuesto de sociedades, que también será reformado en un plazo de entre tres y cinco años, el tipo general se reducirá del 35% al 30%. En el caso de las pequeñas y medianas empresas, bajará del 30% al 25%. El Ministerio de Economía reducirá las deducciones para compensar la pérdida de ingresos.

Descienden, el tipo máximo

El tipo máximo que grava las rentas más altas (las que superan los 45.000 euros anuales) se reducirá del 45% actual a un 42% ó 43% para desincentivar la creación de sociedades para reducir la carga fiscal.

Se eleva, el mínimo exento

La cantidad mínima a partir de la cual es obligatorio hacer la declaración, el mínimo exento, podría elevarse de los 3.400 euros actuales hasta los 10.000 euros, para favorecer a las rentas más bajas.

Reducción, de tramos de renta

Se pasará de los cinco tramos actuales a cuatro, con lo que cambiará el tipo que se aplica según el nivel de renta. Esta redistribución beneficiará o perjudicar al contribuyente según el tramo donde se sitúe.