Máximo Hernández (79 años) sospechaba que lo suyo era "algo malo" cuando el pasado mes de marzo empezó a padecer del estómago. Pero ni su médico de cabecera ni los profesionales del hospital Puerta de Hierro, donde acudió de urgencias, estuvieron de acuerdo.

"Pueden ser gases", le diagnosticaron en este centro hospitalario. Meses después, el anciano era operado a vida o muerte de un cáncer de duodeno (parte del intestino que comunica con el estómago) en una clínica privada, según denunció este miércoles la asociación El Defensor del Paciente.

Pero los problemas de Máximo no habían hecho nada más que empezar. "Le trajimos a la privada porque nos lo sugirió la doctora del centro de salud que le atendió en casa, cuando ya no podía moverse. En la Seguridad Social poco van a hacer por él, nos dijo. Además, teníamos los papeles de urgencias con el diagnóstico de gases", apostilla.

El anciano ingresó en la clínica La Luz el pasado 13 de julio y desde entonces ha pasado tres veces por quirófano. Una asistencia por la que ha pagado 100.000 euros de su bolsillo. "Ya no nos queda dinero y el día 17 enviamos un fax al Puerta de Hierro solicitando el traslado de mi padre para completar el posoperatorio en la sanidad pública. En la privada lo entendieron perfectamente", cuenta su hija.

Cuando haya cama

La sorpresa fue mayúscula cuando, una semana después, reciben la llamada del servicio de admisiones del hospital Puerta de Hierro. "Su caso no interesa al servicio de digestivo, pero no tenemos más remedio que quedárnoslo cuando haya cama porque tiene Seguridad Social», le espetan a su hija.

Cuatro días después, todavía a la espera del traslado, la familia recibe un fax del hospital público firmado por la subdirectora médica: "Se considera que el paciente puede ser tratado adecuadamente y con la mayor profesionalidad en el centro donde se encuentra, por lo que no se considera oportuno el traslado a nuestro hospital", puede leerse.

El Puerta de Hierro aseguró este miércoles a 20minutos que el fax remitido a la familia sólo es una valoración clínica del paciente y no una negativa a su traslado, que se ejecutará cuando haya cama disponible. Hasta entonces, Máximo no puede seguir pagando la clínica privada y este jueves ha pedido el alta.