Debe de haber formas peores de ganarse la vida que visitando lugares paradisiacos con las mujeres y hombres más bellos del mundo. Hablamos, claro, de los fotógrafos de moda: admirados y envidiados, conocemos a los más famosos (Lind- Bergh, Avedon, Newton), pero no su día a día. Desde hoy, una exposición del Museo Thyssen de Madrid nos acerca a la figura de Mario Testino. Con esa excusa entrevistamos a algunos fotógrafos de moda españoles del momento.
El factor humano
El fotógrafo de moda no nace: se hace. Testino estudió tres carreras antes de vivir de la fotografía. Mario Sierra, cuyas imágenes son frecuentes en ¡Hola! o Elle, empezó "casi por casualidad": "Fui a una sesión, me gustó y me apunté a una escuela. Tras muchos cursos, terminé en esto". Casi como Javier Galue: "Estudié cine, pero hacer fotos a personas, a modelos, me cautivó".
Y, como en cualquier profesión, influye el saber venderse: "Hay que dejarse ver", explica Galue, "ir a fiestas, conocer famosos. La fotografía es subjetiva, artística, y mucho se decide en función de la confianza".
Una confianza que también afecta al modelo: "Además de técnica y composición", dice Sierra, "hemos de saber de psicología. Puedes maquillar, vestir y peinar bien a una chica, pero sacar el gesto que quieres se logra con feeling y charla". Galue remata: "No es sólo una imagen bonita. A través de la modelo transmites sensaciones, potencia".
Empresarias de sí mismas
Esa potencia es, coinciden, lo que distingue a una buena de una mala modelo. Sierra cree que "aunque mucho depende del físico y de la agencia, la buena modelo tiene mucho coco. Las top son muy listas y se lo han currado mucho: son empresarias de sí mismas. La que es maleable y débil, no triunfa".
Todos, por supuesto, están de acuerdo en su importancia: "Puedes tener una localización brutal y una ropa estupenda", dice Aguilera, "pero si la modelo no combina, malo. Son como actores que tienen que transmitir".
Además de a modelos, Testino se hizo famoso por fotografiar a Madonna, Julia Roberts o la princesa Diana (a la que hizo sus últimas fotografías oficiales), aunque su favorita es Kate Moss. "Me interesa la persona", dice el fotógrafo, "no por su belleza exterior, sino por la interior. Por eso me gusta Kate, por su forma de ser, diferente e individualista".
Y su profesión, ¿es pesada? Galue explica que sus jornadas consisten en pasarse "ocho horas tirándote por el suelo, dejándote las rodillas y con el sol de frente. Aunque el mayor problema es un cliente insoportable, que no sabe lo que quiere pero protesta por todo".
Sierra añade "los viajes larguísimos, los madrugones, el estar en sitios impresionantes pero que no se disfrutan". Y todos coinciden: el suyo es un trabajo duro, pero bonito. Y que, desde luego, siguen haciendo porque disfrutan... y también lo disfrutamos nosotros.
El peruano curioso
Un viaje a través de la obra de Mario Testino (Lima, 1954): eso es lo que, a través de 54 imágenes de gran formato, podrá hacer cualquiera que visite la exposición que comienza en el Thyssen.
En ella abundan los retratos y , por supuesto, los desnudos.
Entre ellos, Testino destaca uno: ""el de Demi Moore", afirma, porque si fuese mujer me gustaría tener su cuerpo". La exposición permancerá abierta hasta el 9 de nero.
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