"No sufrimos lo que está sufriendo la gente de allí", dicen los españoles en la India

"En ningún momento sufrimos lo que está sufriendo la gente de allí", reflexiona un fatigado turista español a su llegada al aeropuerto de la capital india, después de dejar atrás la catástrofe causada por las lluvias en la localidad montañosa cachemir de Leh, que ha causado, al menos, 170 muertos, entre ellos una española.

"Esta historia siempre la pagan los mismos: los más pobres", lamenta Diego Martínez, de Murcia, después de aterrizar en Nueva Delhi en un avión junto a una treintena de turistas españoles y algunos heridos locales procedentes de Leh (norte de la India).

Martínez, que describe un panorama tras las avalanchas de lodo con "bastante muertos, casas destrozadas y coches empotrados", explica que la población se organizó por comunidades religiosas para salvaguardarse en templos. La mayoría de españoles se encontraban alojados en hostales en el momento de las lluvias torrenciales que cayeron en la noche del 5 al 6, y que fue a la mañana siguiente cuando se dieron cuenta de "la magnitud de la catástrofe".

"Estábamos en el hotel, empezó a llover muchísimo y por la mañana salimos a la calle y nos dijeron que habían muerto cientos de personas", dice con voz temblorosa Lola Herreros, también murciana, quien califica el suceso de "increíble". "Les hemos dado lo que teníamos: medicinas, ropa, comida, barritas... dinero", afirma. Para Herreros, el proceso de evacuación de los extranjeros fue "un poco caótico" porque "todo el mundo quería salir" de Leh, donde "no había ni luz, ni agua", y los alimentos escaseaban.

"El problema vino de repente. Todo el mundo, como no podía hacer actividades, quería salir (...). Se formó un colapso terrible en el aeropuerto", afirma Pedro Pérez, compañero de aventura de la murciana. Pérez cita un "paisaje desolador" en el que las casas, muchas de adobe, quedaron totalmente destrozadas, y añade que "el valle quedó sepultado" bajo el lodo, "como una playa artificial".

"No teníamos percepción de tanta muerte hasta que nos lo dijeron" más tarde, afirma este turista, impactado por la desolación posterior a las lluvias pero quien asegura no haber pasado "miedo". "La verdad es que ahora mismo ahí nosotros tampoco podemos hacer mucho" por ayudar, considera Pérez, preguntado por la cooperación de los extranjeros con los cachemires.

Maider, una joven de Bilbao, explica que ayudó a la población "quitando un montón de tierra y de barro". La bilbaína, que contaba con información errónea de la muerte de "miles" de personas en Leh a su llegada al aeropuerto delhí, describe la "situación de pánico" vivida y cómo pueblos y casas del enclave turístico quedaron enterrados bajo dos metros de barro.

Según dijo, la Policía india pidió a la población que se dirigiera a lo alto de la montaña, recomendación que los locales siguieron para guarecerse bajo tiendas de campaña, pero que la mayoría de los visitantes desobedecieron. "No lo veíamos seguro (...). Entonces nos quedamos en el hotel, aunque los dueños se fueron y nos quedamos solos los turistas. Estuvimos esperando, y no pasó nada más, por suerte, en los días siguientes", explica Maider.

Maider, al igual que otro joven turista, Jon, explica que a la espera de regresar a Delhi se dirigió junto a otros vascos en un camión del Ejército indio a una localidad a unos 5 kilómetros de Leh, donde pudo ver un pueblo "totalmente destrozado" en el que "igual murieron unas mil personas". Maider y Jon se quejan de la tardía ayuda de la embajada española en la India, opinión que otros compañeros de drama no comparten.

Pedro Aizarna, uno de los siete montañeros vizcaínos que ya ha vuelto a casa, explica que ellos no sintieron peligro, aunque cuando comprobaron los destrozos en la zona vieron que eran "impresionantes". Siete de los 46 montañeros vizcaínos que formaban una expedición que pensaba hacer un trekking de dos semanas por la zona afectada han llegado a Bilbao en autobús desde Madrid, tras volar desde Nueva Delhi a Barajas.

"Subimos a un monte pequeño para ir aclimatándonos; al bajar al mediodía fue cuando nos dicen que estaba todo el pueblo de Leh y una zona a medio kilómetro de donde estábamos que estaba totalmente destruida; es cuando fuimos allí y empezamos a ayudar a la gente a limpiar hospitales, y el botiquín que teníamos, que era mayor que el que tenían en el hospital, se lo dimos".

"No pensábamos que era tan grave; pero cuando vimos el barrio con las casas destruidas, caído todo al suelo, que veíamos que estaban enterrando a gente en el cementerio, vimos que era impresionante lo que pasaba".

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