Un ejército de bomberos, efectivos militares y voluntarios continuaba este jueves en Rusia la lucha contra los incendios forestales. Además, el primer ministro ruso, Vladímir Putin, propuso suspender provisionalmente las exportaciones de cereales y otros productos agrícolas y el presidente Dmitri Medvédev ordenó reforzar la seguridad de los centros nucleares, bases militares e instalaciones estratégicas en la parte europea del país.

La situación más grave se vivía en la regiones de Riazán y Nizhni Nóvgorod, en la parte europea de país, donde hoy el Ministerio para Situación de Emergencia reforzó el contingente que combate los fuegos, que han devastado más de 700.000 hectáreas de bosques en todo el país.

Por otro lado, el primer ministro ruso, Vladímir Putin, propuso  suspender del 15 de agosto al 1 de diciembre las exportaciones de cereales y otros productos agrícolas debido a la sequía que afecta a gran parte de este país (ya se han perdido más de 10 millones de hectáreas de cultivos).

Putin justificó la medida por "las inusualmente altas temperaturas y la sequía" que afectan a más de una veintena de regiones, tanto en la parte europea del país como en Siberia. Además, explicó que la suspensión de las exportaciones busca impedir un aumento de los precios en el mercado interno y, al mismo tiempo, conservar el número de cabezas de ganado.

La decisión de Putin afectará a buen seguro a los precios de los cereales a nivel internacional, ya que Rusia es uno de los máximos exportadores de grano del mundo.

Según el parte de Emergencia, en las últimas veinticuatro horas estallaron 373 nuevos incendios de los cuales fueron sofocados 254, por lo que había en el país 589 fuegos activos en una superficie total de cerca de 195.000 hectáreas.

Las autoridades rusas informaron además de que el número de víctimas mortales causadas por los incendios forestales se elevó a cincuenta, tras el fallecimiento de un herido en un hospital y el hallazgo de un cadáver durante labores de desescombro de casas quemadas la semana pasada.

Por otro lado, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, ordenó reforzar la seguridad de los centros nucleares, bases militares e instalaciones estratégicas en la parte europea del país, afectada desde hace días por graves incendios forestales.

Medvédev regresó del Mar Negro a Moscú para reunir el Consejo de Seguridad del Kremlin, al que dio 48 horas para presentarle una nueva lista de instalaciones estratégicas y planes para garantizar su seguridad.

"Las instalaciones estratégicas suscitan preocupaciones. Tenemos infraestructuras extraordinariamente peligrosas, ante todo las bases del Ministerio de Defensa, depósitos y arsenales de armas y municiones", declaró el jefe del Kremlin, según las agencias rusas.