La selección femenina de voleibol ganó el pasado fin de semana sus dos partidos en Grecia contra el combinado heleno (0-3 y 0-3) y se hizo con el liderato de grupo en la Liga Europea. Este jueves viaja a Israel para buscar dos nuevos triunfos, que le asegurarían el pase a la Final-Four de Turquía. 20 minutos acompañó a las chicas durante su estancia en Atenas para vivir el día a día de su concentración.

Vuelo con escala

Mientras los futbolistas de la roja vuelan en primera clase, las chicas del voleibol tienen que hacer escala en Zúrich para llegar a Atenas. El despertador suena a las seis de la mañana en su hotel madrileño de Pinto y aterrizan en la capital griega pasadas las cuatro de la tarde. "El viaje es un poco pesado, pero ya estamos acostumbradas. El presupuesto no da para más", afirma Marisa, la más alta del equipo, que ha resistido con su 1,94 m de altura en los estrechos asientos de la clase turista.

Pese a todo, el buen ambiente reina en la selección y ni siquiera se ve estropeado por la maleta perdida a Jessica, la benjamina del equipo, de sólo 15 años, cuyo equipaje aterrizó por error en Bangkok.

Al llegar al hotel de Glyfada, un pueblo playero en la periferia de Atenas, toca el primer entrenamiento bajo las órdenes del holandés Gido Vermeulen, seleccionador nacional y artífice del éxito. Gido ha logrado los mejores resultados para voleibol femenino español aplicando una estricta disciplina dentro y fuera de la pista.

Comer juntas

Para fomentar la unión del equipo, Gido quiere que todas sus chicas coman juntas en una misma mesa y así se lo hizo saber a la dirección del hotel griego, que el primer día había preparado varias mesas separadas. También reparte las habitaciones entre las jugadoras y distribuye los asientos en el autobús, donde el silencio es total cuando nos dirigimos al partido. La concentración debe ser máxima.

De hecho, Gido alucina cuando ve llegar al pabellón a las jugadoras griegas en sus coches particulares. "Así es imposible que se concentren", dice; y acierta de pleno porque España gana en tres sets (0-3).

Sólo el domingo por la noche, después de brindar por haber ganado los dos partidos, las chicas se relajan. Unas se van a cenar fuera, otras se toman un helado en los alrededores del hotel. Internet y la música son otros de sus pasatiempos preferidos. Incluso alguna tiene ánimos para empollar un poco, como Mireya Delgado, de 18 años, que estudia Comunicación Audiovisual.