Juana estaba esperando que comenzase el partido de España ante Honduras cuando sonó el teléfono con una noticia que llevaba esperando muchos años: el Tribunal Supremo admitía a trámite la revisión del caso de su hijo, Antonio Meño, en coma desde hace 21 años tras someterse a una rinoplastia, y desde hace más de un año acampado con su madre frente a una de las sedes del Ministerio de Justicia en el centro de Madrid.

"Salí de la caseta pegando voces", ha recordado en declaraciones a Europa Press Televisión, mientras su marido pensó que España había metido un gol en la cita mundialista, pero no, se trataba de que el abogado de la familia le acababa de dar la buena noticia. "Yo estaba como loca, fue muy emotivo, no me lo creía, lloraba y reía", añadió.

Juana reconoce que es una "buena noticia" que, según interpreta, demuestra que siempre ha tenido razón, aunque se la hayan "querido quitar durante 21 años". "Es difícil sólo que el Supremo lo admita a trámite", completa el portavoz de Bertelli abogados, mucho más optimistas ahora que ha aparecido un nuevo testigo que se encontraba en el quirófano en plena operación.

Con esta novedad, Juana recobra fuerzas para seguir adelante y empieza a pensar en irse a casa, para dejar de vivir en la calle, aunque advierte de que va a seguir luchando por su hijo "hasta donde haga falta". Según el auto de la sala de lo Civil del Tribunal Supremo, se admite a trámite la demanda de revisión presentada por Juana Ortega y se emplaza "a cuantos en él hubiesen litigado, o a sus causahabientes, para que en 20 días contesten a la demanda, sosteniendo lo que a su derecho convenga".

A partir de ahí, según una portavoz de Bertelli Abogados, que defienden a la familia Meño, las partes implicadas pueden "allanarse a la demanda" y llegar a un acuerdo, o se acabaría llegando a un juicio con el que, "de ser favorable para la familia, quedarían anuladas las otras sentencias".