Guerra de precios en los menús para evitar la 'fuga de clientes'

  • Los restaurantes tiran los precios para evitar que la subida del IVA y la jornada intensiva haga mella en su clientela.
  • En Torrejón es posible comer por cinco euros.
  • Ellas marcan la carta.
  • OPINIÓN: Una nueva ocupación.
Marisa Martínez, cocinera, prepara a diario unos 150 menús en un restaurante.
Marisa Martínez, cocinera, prepara a diario unos 150 menús en un restaurante.
JORGE PARÍS
Marisa Martínez, cocinera, prepara a diario unos 150 menús en un restaurante.

Pararse frente a un restaurante y anotar el menú del día inquieta sobremanera a los propietarios de los locales, como ha comprobado estos días 20 minutos tras recorrer diferentes establecimientos. "Tenemos que tener cuidado, porque otros restaurantes se copian de los menús", aclaran en un local de comidas al vernos apuntar en una libreta sus platos del día.

La inminente subida del IVA, que presumiblemente subirá el precio de los menús, la jornada intensiva y el aumento de personas que se llevan el tupper al trabajo están dando la puntilla al sector y ha lanzado a los restaurantes a una competencia feroz para intentar mantener a sus clientes y captar otros nuevos ofreciendo el mejor precio posible. Esto les obliga a hacer auténticos "malabares" en la relación calidad-precio.

Viernes: precio especial

Tanto están afinando las casas de comidas que en Torrejón se ofertan menús completos al insólito precio de 5 euros. "Yo no puedo competir con esos precios si quiero seguir dando buenos productos", se lamenta la propietaria de un restaurante torrejonero, que duda de la calidad de esos menús. Algo similar ocurre en Fuenlabrada, donde algunos locales regalan tapas XXL (que sirven para comer) con sólo consumir una caña de euro. Y por 5,95 euros almuerzan en Leganés los que eligen el supermenú exprés de una cadena italiana (incluye ensalada, pasta y refresco).

A esta guerra de precios se suman también los 3.800 restaurantes de la capital y sus casi 13.000 bares. La horquilla del menú del día oscila aquí entre los 7,50 euros (precio especial del menú los viernes en una zona de oficinas de Ciudad Lineal) hasta los 10,60 que se piden en Banco de España o los 14 que cuesta el menú en Sol.

Y para los comensales preocupados porque esta batalla campal repercuta en sus platos, los expertos salen al paso. "Es difícil que un menú barato incorpore fruta y verdura, que es lo más caro ahora mismo, pero incluso en una hamburguesería van a tener una ensalada. Si no comemos equilibrado, es más por comodidad y gusto del cliente", dice Jesús Román, presidente de la Sociedad Española de Dietética.

Opciones 'light'

En lo que coinciden restauradores y nutricionistas es en que la presencia cada vez mayor de la clientela femenina ha obligado a incorporar a los menús más verduras, pescados y carnes bajas en grasa.

Lo saben bien en el restaurante Artigot (Arturo Soria), que oferta una opción light, un plato a base de pechuga de pollo y verduras a la plancha para satisfacer a su clientela femenina. "Ellas se preocupan más por lo que comen, incorporan verduras. Los hombres optan por platos más contundentes", explican.

Por su parte, la asociación La Viña matiza que esta estrategia de bajada de precios "no repercute en la calidad, sino que es un intento de los negocios por sobrevivir".

Pescado, dos veces por semana

Desde la Sociedad Española de Dietética recomiendan a los que comen fuera de casa que procuren mantener una dieta equilibrada en la que se combinen todos los alimentos necesarios. Así las cosas, la verdura debe estar presente tres o cuatro veces por semana y las legumbres no faltarán en el menú de una a dos veces. El pescado debe ser el plato fuerte al menos en dos ocasiones, y si se quiere carne, siempre que sea magra sin grasa. La pasta, evitarla. Se suele comer el fin de semana.

Marisa Martínez. Cocinera, 44 años: "Cocino productos de temporada"

Todo está en orden dentro de su cocina, donde a diario prepara 150 menús para otros tantos comensales cumpliendo con la disciplina horaria que impone dar de comer a los empleados de oficinas y empresas. Esta cocinera veterana, con más de 20 años de experiencia entre fogones, siempre apuesta por trabajar con "productos de temporada", aunque ahora mismo "todo está por las nubes".

Sabe que sus comensales esperan "calidad" y no puede dejar de dársela aunque los productos "hayan subido de precio". Algo que le está ocurriendo especialmente con las verduras. "Tengo un plato a base de pimiento rojo, que está carísimo, pero no podemos dejar de ponerlo", explica. Muchos de sus clientes les eligen por la calidad de las comidas que sirven y, en especial, las mujeres. "Para ellas siempre tiene que haber verduras", explica Marisa, que lo tiene claro. Por eso, todos los veranos hay platos que no pueden faltar en la carta y ella es fiel al gazpacho, a las ensaladas y a todo tipo de comida refrescante para combatir el calor.

Javier Pardo. Informático, 40 años: "Pocas veces pido verdura"

A diario come con compañeros de trabajo en un restaurante cercano a su empresa. Del menú mira "que haya un poco de todo", aunque reconoce que se decanta por la "carne" antes que por el pescado. Sobre el primer plato asegura que sus preferencias son para "la pasta" y que muy "pocas veces" pide verduras.

Mª Ángeles de Lucas. Dueña de restaurantes: "Siempre doy calidad"

Afirma que le cuesta horrores "ofrecer calidad a buen precio". Aun así, apuesta por mantener "a los proveedores de siempre, porque son de plena confianza", dice. Sabe que en eso reside el éxito de sus negocios, en los que roza el centenar de menús diarios. "Trabajo con carniceros y pescaderos de confianza".

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