En Zaragoza viven, oficialmente, unos 8.000 musulmanes, la mayoría de ellos marroquíes (3.316), argelinos (1.699) y senegaleses (1.122). Pero no todos podrán celebrar la fiesta. «Algunos no pueden por motivos de trabajo, falta de medios o enfermedad», explicó Ismail, miembro de la comunidad islámica de Zaragoza. Celebración en Delicias El Club Deportivo Delicias servirá de lugar de concentración para todos los que lo celebren en Zaragoza, ya que la mezquita de La Bombarda se queda pequeña. A las 9 de la mañana, los musulmanes orarán pidiendo perdón, salud y prosperidad, y leerán un sermón. Tras la ceremonia, cada uno se reunirá con su familia para el sacrificio del cordero, aunque los nuevos tiempos han cambiado un poco esta tradición. «Las normas obligan a llevar al animal al matadero, aunque todavía queda gente que lo compra vivo y lo llevan a algún pueblo», señala Ismail. El sacrificio se hace mirando hacia La Meca y, después de haber pronunciado una oración, se degüella al animal de oreja a oreja con un cuchillo muy afilado. «Así el cordero sufre menos y sale toda la sangre», explicó Mustafá, empleado de una carnicería musulmana. Las mujeres decoran la casa y compran ropas nuevas. Especian la carne y la cocinan según la tradición de cada zona. El cordero se despieza en tres partes y se reparte con los amigos y los más necesitados. Tres días de fiesta La celebración continúa hasta el sábado y los musulmanes aprovechan para visitar a sus familiares y amigos que viven en Zaragoza o en otras localidades aragonesas, donde la población total musulmana es de casi 35.000 personas.