Según informó la Subdelegación del Gobierno en nota de prensa, entre el material intervenido se encuentra numerosa documentación, máquinas y herramientas procedentes de los robos, armas de fuego, armas blancas y diversas cantidades de dinero.

Las investigaciones de la 'Operación Jach' han sido coordinadas por la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil de Albacete y se iniciaron ante las sospechas de la existencia de una banda organizada que extorsionaba y amenazaba a empresarios para vigilar sus instalaciones, tanto en la provincia de Albacete como en otros puntos del territorio español.

En una primera fase, según señala la Guardia Civil, fue desarticulado el núcleo de la banda, con la detención de siete personas que desarrollaban sus actividades en las comunidades autónomas de Madrid, Extremadura, Castilla-La Mancha, Valencia y Murcia; y que pretendían extender sus acciones a Castilla y León e incluso a Portugal.

Supuestamente, estas personas eras las principales responsables de una red perfectamente organizada que extorsionaba a empresarios adjudicatarios de obras civiles, a los que exigían dinero a cambio de proteger las instalaciones. Si no accedían a la oferta, los mismos integrantes del grupo causaban daños o robaban material de las empresas.

Además, los cabecillas de la organización tenían activas tres sociedades mercantiles para 'blanquear' el dinero procedente de las extorsiones y dar cobertura a las facturas falsas que emitían a los empresarios por los servicios de vigilancia prestados.

A lo largo de la Operación se han practicado distintos registros domiciliarios en municipios de Madrid, Cáceres y Guadalajara, en los que los agentes encontraron armas de fuego, munición, dinero en efectivo y documentación diversa, y se han intervenido decenas de cuentas bancarias y talones. El total del dinero intervenido supera los 560.000 euros.

Las investigaciones se iniciaron a raíz de una denuncia formulada en diciembre de 2009 en la que se alertaba de la comisión de daños reiterados en maquinaria que realizaba obras para el nuevo trazado del AVE.

El análisis de otras denuncias similares presentadas en distintos Puestos de la Comandancia de Albacete despertó la sospecha de la existencia de un grupo que, al menos durante los últimos tres años, se podía estar dedicando a extorsionar a empresarios que realizaban obras civiles de gran envergadura, principalmente relacionadas con la construcción de la plataforma de la vía férrea del AVE.

Las indagaciones permitieron identificar a dos personas como 'cabecillas' de la trama y determinar su modo de operar: Una visita inicial de toma de contacto con los encargados de las obras y el ofrecimiento de los servicios de vigilancia, episodios de daños tanto antes como después de la primera visita, nuevas visitas o llamadas telefónicas para insistir en la oferta y, finalmente, abonos de cantidades mensuales por el 'servicio' de seguridad prestado por supuestos vigilantes.