En la inauguración oficial de AlhóndigaBilbao, Azkuna confió en que "Literatura, Ciencias de la Salud, Ciencias Físicas, el Universo, el medio ambiente, la sostenibilidad, en fin, campos nuevos, rellenen la cultura de una ciudad completa que tiene ya una buena oferta musical y teatral, al lado de una zona dedicada al deporte y a los nuevos cines que se inaugurarán próximamente".

Azkuna destacó que, de la mano de la BBK, "entidad con la que hemos llegado siempre a compromisos", se pondrá en marcha la gran Biblioteca y aquí tendrá su sede la Fundación BBK, por lo que agradeció la disposición del anterior presidente de la caja vizcaína, Javier de Irala, y del nuevo, Mario Fernández, y de Juan Mari Sáez de Buruaga, "que han tenido sensibilidad dentro del apoyo constante a las instituciones bilbaínas".

El alcalde recordó que cuando llegó a la Alcaldía había tres inmuebles en Bilbao, singulares, derruidos o en muy mal estado: el Depósito-Franco, el Teatro Campos y la Alhóndiga. El primero, dijo, se ha transformado en Isosaki Atea, "gracias al esfuerzo y al tesón de un empresario, Antón Iráculis, al que ayudamos, en lo que pudimos, desde el Ayuntamiento, a salvar varios obstáculos".

En cuanto al Teatro Campos, destacó que "lo hemos reconstruido a medias entre la Sociedad General de Autores y el Ayuntamiento y ya está en marcha la programación".

"Hoy -añadió- inauguramos la Alhóndiga, este viejo almacén de vinos, construido en la primera mitad del siglo XX bajo el proyecto del arquitecto municipal Ricardo Bastida y hoy, por fin es una realidad después de varios años de trabajo, pero comprendan ustedes que 43.000 metros cuadrados y el aparcamiento, son muchos metros, mucho trabajo y mucho dinero".

Azkuna reconoció el trabajo de Philipe Stark que "ha diseñado una arquitectura seria, recia, fuerte y sobria, con un atrio espléndido sostenido por columnas, obra de Baraldi". El alcalde pidió a los asistentes pensar en un espacio, "no lleno de viviendas semejantes, sino de compartimentos diferentes, desiguales", así como "en la dificultad ha conseguido un gran proyecto, involucrándose con la ciudad". En su opinión, Bastida "estaría orgulloso".

Tras censurar que, "en el último momento, algún munícipe ha querido liarla con el coste total, que no sabemos al día de hoy exactamente, porque todavía aparecerá alguna factura", Azkuna indicó que la inversión rondará los 71 millones de euros, financiados por el Ayuntamiento, a los que se suma la ayuda de la Unión Europea y Bilbao Ría 2000.

En ese sentido, felicitó a Bilbao Ría 2000, encargada de dirigir la construcción, "por su gran colaboración", así como a las empresas que han participado en esta obra, "especialmente a Balzola-Dragados y Mecsa-Ove Arup, muchas gracias". AGRADECIMIENTO

Azkuna extendió sus agradecimientos al Consejo de Administración de la Alhóndiga y, "sobre todo", a la consejera delegada, Maria Ángeles Egaña, que, "con su equipo, ha estado encima de la obra gestionándolo todo, mil gracias", así como al vicepresidente del Consejo, José Sabas, "supervisor de dentro y de fuera" y a Andoni Aldekoa por "sus desvelos por la financiación".

El alcalde concluyó su intervención agradeciendo a los vecinos de la Alhóndiga, "que han soportado estoicamente los trabajos y las obras", y afirmó que "es justo que ahora se aprovechen, en su cercanía, del nuevo centro". Además, expresó se agradecimiento a los vecinos de Indautxu y el Ensanche "por su colaboración", así como "al pueblo de Bilbao, que ha financiado con sus impuestos, la Alhóndiga".

"Vosotros bilbaínos sois los verdaderos dueños, a través del Ayuntamiento, que es vuestro gestor. Vosotros sois los que vais a utilizarlo. Muchas gracias y disfrutarlo", finalizó.