Uno de cada tres jóvenes reconoce conducir después de haber bebido

  • Son víctimas de un 20% de los accidentes pese a constituir sólo la décima parte del censo de conductores.
  • Más de un 80% de los conductores de entre 18 y 24 años supera la velocidad máxima permitida.
  • Los datos se deprenden de un estudio de la Fundación Mapfre.
Un conductor se somete a un control de alcoholemia rutinario.
Un conductor se somete a un control de alcoholemia rutinario.
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Un conductor se somete a un control de alcoholemia rutinario.

Por más esfuerzos que se hagan desde las instituciones, la suma joven más coche sigue dando como resultado un balance negativo. Los jóvenes, según refleja el último estudio del Instituto de Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, reconocen, en una proporción alarmante (uno de cada tres) que conducen después de haber bebido.

Las campañas de seguridad vial, las sanciones e incluso los muertos siguen cayendo en saco roto para el segmento de la población más joven en España, que, al volante, peca de una inconsciencia que los propios entrevistados admiten en el estudio de la Fundación Mapfre.

El asunto es más alarmante en los varones de 18 a 24 años, los cuales reconocen que "en ocasiones" conducen tras haber consumido bebidas alcohólicas. En el caso de las chicas, más del 80% de las entrevistadas confiesa que no conduce si ha bebido.

Otro hecho preocupante es la velocidad. Con el debate sobre la mesa a cerca de si se debería restringir coches de determinadas potencias a los conductores noveles, como ocurre en el caso de las motos de gran cilindrada, el estudio descubre que el 84% de los conductores jóvenes ha superado "alguna vez" la velocidad máxima permitida, y lo que es peor, un 26% lo hace "a menudo" o "siempre".

Víctimas de los accidentes

Estas cifras muestran una irresponsabilidad alarmante que se refleja en la cifra de accidentes, que, aunque se ha reducido en la última década, se mantiene en niveles preocupantes. El problema se evidencia al extraer el dato de que los jóvenes entre 18 y 24 años, son víctimas de un 20% de los accidentes de tráfico, a pesar de que sólo constituyen la décima parte del censo de conductores.

Esto se explica con facilidad al conocer el dato de que este segmento de los conductores goza de una autoconfianza exagerada que se traduce en que un 61% de los jóvenes consultados cree "muy poco probable" la posibilidad de sufrir un accidente. Será que no quieren ver la realidad pues un 22% ha sufrido un siniestro como conductor.

Respecto a las normas básicas de seguridad, el 65% de los entrevistados dice cometer imprudencias, como no respetar la distancia de seguridad entre vehículos, así como conducir hablando por el móvil, fumar y usar el navegador.

La conclusión, poco alentadora del estudio desprende que casi más de un tercio de los encuestados consideran que cometer imprudencias es inevitable, lo que implica que no se sienten responsables de sus negligencias y sus consecuencias.

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