El Ayuntamiento de Teruel aprobará una ordenanza para regular la música de las barras en las fiestas de La Vaquilla

El Ayuntamiento de Teruel dará el visto bueno, previsiblemente en el próximo pleno, a una ordenanza que regulará la música que pueden poner las barras que se colocan en la calle con motivo de las fiestas de La Vaquilla, a pesar de que esta nueva normativa no acaba de convencer ni a los vecinos, ni a los hosteleros.

El concejal de Urbanismo, Luis Muñoz, ha explicado que esta ordenanza en su conjunto "es un error" porque "en el fondo subyace el modelo de fiesta de La Vaquilla, que no se puede controlar con una ordenanza tan específica que controla determinadas barras que coloca determinado colectivo".

A su juicio "hay un debate de fondo que probablemente no nos estamos atreviendo a plantear en serio porque las opiniones y los intereses son radicalmente opuestos entre jóvenes y mayores, entre vecinos y hosteleros".

Aún así, Muñoz ha insistido en que con esta ordenanza "cumplimos la sentencia" del Tribunal Superior de Justicia de Aragón que obligaba a cambiar algunos de los puntos de la ordenanza anterior. Además, se modifica con "buen sentido técnico y jurídico", según el edil, y "a partir de ahora, hay que hacerla cumplir".

Por su parte, el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos San Fernando de Teruel, Isidoro Esteban, ha apuntado que mañana, miércoles 28 de abril, celebrarán una reunión de la Comisión Ejecutiva de la Federación para analizar qué pasos dar a partir de ahora, ya que no se cumple la normativa actual en materia de ruidos.

Esteban no descarta, incluso, emprender medidas legales porque "entendemos que no se cumple la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, con lo que pediremos información al propio Tribunal para que establezca si con estos acuerdos se da respuesta" a su petición.

Además, ha recordado que el Ayuntamiento tomó esta decisión "de manera unilateral" con una ordenanza que ha mantenido íntegramente a pesar de las alegaciones de las dos partes. En este sentido, los hosteleros consideran que el límite establecido por la ordenanza es demasiado bajo y alegan que es complicado poder medir con exactitud la cifra propuesta.

La normativa establece "un límite de ruido para las barras (90 decibelios) y el establecimiento de unos aparatos que controlen ese ruido", según ha indicado Muñoz quien ha concluido advirtiendo de que "puede parecer poco, puede parecer mucho, pero lo cierto es que hay un límite y un modo de controlarlo".

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