Detenidos los propietarios de dos prostíbulos de Girona por explotar a mujeres

La Policía Nacional detuvo el 20 de abril a los propietarios de un prostíbulo de Girona como presuntos autores de explotar sexualmente a mujeres, según informaron fuentes policiales.

Estas detenciones culminan una investigación iniciada en abril de 2009 cuando la policía tuvo conocimiento de que dos mujeres rusas habían sido víctimas de una red de tráfico de personas captadas en su país por una persona que les propuso un trabajo en el ramo de la hostelería.

En El Ejido otro integrante de la red les dijo que debían prostituirse en clubs de alterne durante un periodo de ocho meses para saldar la deuda contraída con la organización.

Ante la imposibilidad de encontrar un trabajo legal, ya que carecían de permiso de trabajo y residencia, las dos mujeres se vieron obligadas de nuevo a ejercer la prostitución, contactando con un hombre, de nacionalidad alemana, que les ofreció trabajo en dos clubs de Girona.

Las condiciones consistían en trabajar las 24 horas del día de lunes a viernes, sin poder salir a la calle salvo dos horas a la semana y teniendo que atender a los clientes incluso cuando ya estaban durmiendo.

El propietario propuso a una de las mujeres trabajar por Europa en el ramo de la publicidad y se trasladó con él a su domicilio, donde la retuvo durante un mes y medio sufriendo todo tipo de vejaciones hasta que fue conducida de nuevo a uno de los prostíbulos.

El dueño de los burdeles retenía la documentación a las víctimas bajo el pretexto de regularizar su situación en España y conseguir de ese modo que continuaran trabajando para él.

El 16 de noviembre se realizó una inspección en un prostíbulo en la calle Canigó de Girona, estando cerrado el otro en la calle Terç Miquelets.

La policía identificó a tres mujeres de nacionalidad rusa, dos de ellas en situación irregular y por un delito de inmigración ilegal, relativo a la prostitución y contra los derechos de los trabajadores a la 'madame' de la sauna, de nacionalidad lituana.

Los servicios sexuales costaban 60 euros la media hora, repartiéndose el 50% entre la dirección y las mujeres, si bien del porcentaje de las víctimas les era descontado la manutención y el alojamiento.

En la operación quedaron por detener el dueño de los burdeles y la mujer de éste, que había ejercido de 'madame' en el local de Terç Miquelets, que en el momento de la inspección se hallaban en Alemania.

La policía tuvo constancia que habían regresado y detuvieron el 20 de abril a Thomas M., de 52 años y nacionalidad alemana, como presunto autor de los delitos de detención ilegal, contra la integridad moral, inmigración ilegal, relativo a la prostitución y contra los derechos de los trabajadores, y a su mujer, de 42 años y nacionalidad ucraniana.

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