A pesar de que A Coruña se caracteriza por ser un destino de última hora, en 2004 a estas alturas la ocupación hotelera era del 80%, explica Gurriarán. Pero el sector no pierde la esperanza, y se aferra a que el buen tiempo que disfruta la ciudad anime a los indecisos.
Las previsiones más optimistas hablan de cubrir entre el 70 y el 80% de las plazas, sobre todo teniendo en cuenta la coyuntura que ofrece la coincidencia de fechas: «Los turistas pueden llegar de sábado a martes o de jueves a domingo», afirma Gurriarán.
El presidente de los hosteleros basa su esperanza en que «la ciudad en sí ya tiene atractivo propio como destino», y cree que es «punto y polo de atracción turística» para gente de la Meseta.
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