La queja, recogida por Europa Press, considera escaso el número de plazas que oferta el Ayuntamiento en esta disciplina, ya que sólo pueden cursarla dos grupos de 10 alumnos una hora a la semana.

La queja recuerda que en las aulas escolares suele haber un solo docente para 24 niños y considera que cada clase de Música y Movimiento debería tener al menos 24 alumnos. Al sorteo de asignación de plazas para el presente año lectivo se presentaron 170 escolares, que optaban a 20 plazas en total, "algo ridículo para la ciudad de Zaragoza con su número de habitantes".

El Justicia se dirigió al alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, para recabar información sobre el asunto. La jefa de Servicio de Educación del Ayuntamiento manifestó, en respuesta al Justicia, que la normativa autonómica sobre el tema no fija una ratio obligatoria de alumnos por clase.

Los profesores de Música y Movimiento fijaron la ratio por clase, condicionada al espacio disponible y el material que se podía utilizar, propuesta que aprobó el Departamento de Formación Musical y se incorporó al documento de organización del centro.

La responsable municipal indicó en su respuesta que la Escuela de Música y Danza sólo dispone de un espacio acondicionado y surtido del material necesario para impartir esta clase. "El centro oferta las plazas ajustadas al espacio y los recursos de que dispone", señala la respuesta del Ayuntamiento. Al sorteo de plazas, en septiembre de 2009, asistieron 133 aspirantes, matizaron desde el Ayuntamiento.

En su respuesta, el Justicia señala que la Orden autonómica que regula la materia determina que las escuelas de música oficiales han de atender de forma específica a los alumnos para descubrir sus capacidades expresivas.NORMATIVA

La normativa aplicable no establece una ratio mínima, indican desde el Justicia, que considera "preciso" aumentar las plazas para atender mejor la demanda en una ciudad, Zaragoza, que acoge a la mitad de la población aragonesa.

"Entendemos que se debe comenzar, lo más pronto posible, a potenciar las aptitudes específicas de algunos niños para la música, con la finalidad de garantizar una adecuada formación que les permita desarrollar su talento e incorporarse a un Conservatorio al alcanzar el límite de edad que la normativa señala como idóneo para ello, a partir de los 7 años".

Las Escuelas de Música han de someterse a distintos tipos de evaluación, interna, externa y autoevaluación, consideran desde el Justicia. "Los indicadores y criterios que se establezcan para realizarlas, además de garantizar la continua mejora de su funcionamiento, deben permitir una función correctora de desequilibrios".

Según la institución del Justiciazgo, en este caso "se advierte un desfase entre las plazas ofertadas, 20, y la demanda de las mismas, cifrada en 170 según el presentador de la queja, si bien el informe del Ayuntamiento matiza que hubo 139 aspirantes. En cualquier caso, unas siete veces superior a la oferta".

Esta demanda social de ampliación de plazas de Música y Movimiento "no puede satisfacerse, si nos atenemos a lo manifestado en el informe del Ayuntamiento, en base a un incremento de la ratio, puesto que afectaría a la calidad didáctica".

"No obstante, esa limitación ha de conducir al estudio de otras alternativas, como pudiera ser el incremento del número de grupos que actualmente se imparten", concluye el Justicia.