Si recientemente los remolacheros colapsaban el centro de Valladolid –eso sí, con el detalle de endulzar las molestias con azúcar–, poco antes cerraban las carreteras los mineros del carbón, o los patronos del transporte. Aunque las molestias suban de grado y se produzcan daños a las personas o los bienes, los ‘colectivos’ tan bien provistos de siglas y personalidad legal, resultarán totalmente irresponsables.
Teniendo en cuenta que la responsabilidad es siempre individual, puede tener algo que ver con la pretensión de eludir responsabilidades. Suposición que confirmaría el hecho de que dichos ‘colectivos’ suelen reivindicar (supongamos que con justos motivos) y que estas protestas tienen por denominador casi común crear situaciones desagradables o perjudiciales para gran número de ciudadanos (cuantos más mejor) que son completamente inocentes y ajenos a la supuesta injusticia que moviliza a quienes protestan.
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