Según informó el Instituto Armado en un comunicado de prensa, en el 2008 la Guardia Civil recibió una denuncia de un robo de un domicilio. Su propietaria manifestaba que habían entrado en su casa y le habían sustraído un portátil, así como varios juegos de llaves.
Al año siguiente, volvió a denunciar que, además de numerosas joyas, le habían sustraído dos videocámaras, una cámara de fotos y 500 euros. El tercer robo se produjo a finales del pasado mes de marzo, alertando la propietaria de la sustracción de otro ordenador y material informático. El valor del total de lo sustraído asciende a 10.000 euros.
Además, la denunciante reveló que estaba recibiendo 'sms' en su teléfono móvil, en el que le ofrecían recuperar parte de lo sustraído a cambio de dinero —1.600 euros—, e incluso le dejó un cd como prueba. Finalmente, quedaron para realizar la entrega del dinero e insistieron en que fuera un amigo de la víctima quien hiciera la entrega. La Guardia Civil realizó un operativo y detuvo a la persona que llevaba el dinero.
Según conocieron los agentes, esta persona, tras asegurarse de que el dinero se encontraba en el interior de la bolsa, no tuvo contacto con ninguna persona y dejó la misma en un bar de un conocido suyo con la intención de recogerla al día siguiente.
Posteriormente, los guardias civiles realizaron un registro en el domicilio de la persona que había llevado el dinero y consiguieron localizar la práctica totalidad de los efectos sustraídos. Los agentes hallaron también las llaves del domicilio de la víctima y el teléfono desde donde había enviado los 'sms'.
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