Las ambulancias llegan 5 minutos más tarde por las obras del centro

Han aumentado el tiempo de respuesta de 7 a 12 minutos. No disponen de un mapa actualizado de las calles de la capital.
Retrasos en el recorrido de los buses, caídas de los ciudadanos, ruidos, atascos... pero, además, un gran obstáculo para las ambulancias. La acumulación de obras en el centro de Bilbao provoca también que el transporte sanitario de urgencia tenga un mayor tiempo de respuesta ante un imprevisto.

Las ambulancias bilbaínas llegaban a una urgencia, por término medio, en 7 minutos. Con las obras, sin embargo, lo hacen en 12 minutos, «o incluso en más», según explica Juan Antonio Usparitza, presidente de la DYA. Es decir, la asistencia aparece cinco minutos más tarde a las llamadas urgentes debido a calles cortadas, cambios de sentido, zanjas... Y en ocasiones, tan sólo cinco minutos pueden ser vitales. Tanto, que «pueden salvar una vida», recuerda.

Más de 60 salidas diarias

La DYA, Cruz Roja y los  transportes sanitarios de urgencia concertados con el Gobierno vasco llevan a cabo unas 60 ó 70 salidas diarias por Bilbao. Pero en muchos casos ni siquiera pueden acceder hasta un portal para recoger al enfermo. A veces, ni hasta la misma calle.

En lugares como la plaza Campuzano, la ambulancia puede quedarse a 55 metros de distancia. «Se pierde un tiempo precioso transportando en camilla al enfermo», asegura Usparitza. Además, esto obliga a que vayan cuatro personas en la ambulancia, cuando «lo normal son dos o tres».

El responsable de la DYA achaca estos problemas a la acumulación de obras «en la plaza Jado, teatro Campos, Alhóndiga, plaza Indautxu...», así como al cambio de sentido de las calles y el ensanchamiento de aceras. La complicación se agrava al no disponer de un mapa actualizado de la ciudad. «Cuando vamos a una urgencia no sabemos lo que nos espera», recalca Usparitza, preocupado con un «problema que dura demasiado tiempo».

Denuncia por subirse a una acera

Las alternativas que toman los conductores de ambulancia pueden tener consecuencias absurdas. Esto fue lo que sucedió cuando una ambulancia se vio obligada a subirse a la acera para pasar por una calle en la que las obras y los coches aparcados impedían el paso. A pesar de la urgencia, un agente municipal no tardó en imponer la denuncia, con la consecuente pérdida de tiempo. Aunque la denuncia fue recurrida y no acabó en sanción, la ambulancia no llegó a su debido tiempo.

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