Los agentes, que antes se dedicaban a patrullar por el barrio, estarán en la puerta del cole cuando comiencen y terminen las clases y en todos los recreos. También localizarán a los chavales que falten injustificadamente a clase y se comunicará a la Concejalía de Bienestar Social por si en la familia del chico hay problemas.

Además, los agentes se convertirán en profesores y darán charlas sobre drogas, botelleo, vandalismo, graffitis, educación vial y educación medioambiental.

Entrarán a las reuniones

Otra de las misiones de los municipales será asistir a todas las reuniones de padres  e informar al director de lo que suceda en el colegio.

El alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, ya ha mandado una carta a todos los directores de los centros informándoles de este nuevo servicio permanente.

Mientras los municipales han dicho a 20 minutos que irán encantados, el presidente de la Asociación de Padres y Madres de Alumnos de la Región asegura que poner policías en los colegios es «un disparate. Van a convertir los centros en cárceles».

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80 agentes que controlan barrios

Los agentes que vigilarán los colegios forman parte de la plantilla de la Policía de Barrio, un servicio que funciona desde 1995 compuesto por 80 efectivos. Trabajan en dos turnos de lunes a viernes. El primero, de 8.00 a 15.00 horas. El segundo, de 15.00 a 22.00 horas. Los agentes controlan los 24 barrios y las pedanías de Espinardo, Cabezo de Torres, El Palmar, Beniaján, La Alberca y Puente Tocinos en las que funciona el servicio. El cuerpo de Policía está compuesto por 582 agentes, de los que 198 trabajan en las pedanías de Murcia.