Ramón Lobo, premio Porquet: "Soy un 'sin papeles' en esto del mundo digital"

  • Ramón Lobo ha sido galardonado con el Premio José Manuel Porquet en el XI Congreso de Periodismo Digital de Huesca.
  • El jurado ha valorado que ha sabido adaptarse a los nuevos formatos "sin olvidar la esencia del periodismo".
Ramón lobo ha sido galardonado con el premio José Manuel Porquet.
Ramón lobo ha sido galardonado con el premio José Manuel Porquet.
I.P.
Ramón lobo ha sido galardonado con el premio José Manuel Porquet.

El periodista de El País, Ramón Lobo, ha sido galardonado este jueves con el premio José Manuel Porquet. El galardón lo ha recibido durante el XI Congreso de Periodismo Digital de Huesca y el jurado ha valorado que se sirva de la red "para trascender del mensaje y la profesión periodística y para provocar conciencia social".

Nacido el 23 de enero de 1955 en Lagunillas (Venezuela), dice ser de su "propio país de barrios, olores, gentes, idiomas, sonrisas y amores de lugares diferentes". Dicharachero, sonriente y cercano, le gusta contar historias (y chistes). Se ha recorrido medio mundo informando sobre conflictos.

Enhorabuena por el premio...

Muchas gracias.

¿Qué se siente al recibir un premio como el José Manuel Porquet?

Teniendo en cuenta que me han dado poquísimos premios en mi vida, pues mucha alegría. Este es el tercero y la verdad es que me ha gustado mucho, sobre todo porque es el primero digital, cuando soy un inmigrante digital muy reciente, que no tengo ni siquiera papeles. Soy un sin papeles en esto del mundo digital.

Dice el jurado que te lo ha concedido por saber adaptarte a los nuevos formatos sin olvidar la esencia del periodismo en estado puro...

Claro, porque lo único que sé hacer es eso: yo soy reportero y sé contar historias. Internet nos ofrece la posibilidad de contarlas, no hay problemas de espacio, no hay problemas de continuidad, puedes llegar al lector de muchas formas y la proximidad es mayor, hay elementos que puedes añadir a las palabras como fotos o vídeos... Creo que te puedes desdoblar, como dicen en Afganistán, entre una cobertura más clásica para el papel, y crónicas y reportajes más especiales para Internet, buscando lo que a mí me gusta, que es contar las historias a partir de gente aparentemente pequeña, pero que te da una temperatura muy exacta del país. Para mí es un descubrimiento maravilloso poder jugar a esas dos velocidades. Requiere un gran esfuerzo, muchas horas, pero es muy interesante, sobre todo la reacción de la gente, esa proximidad, la forma en la que te van guiando y van sugiriendo cosas. La verdad es que me ha gustado mucho y me siento muy contento y muy libre. No es que no me encuentre libre haciendo el papel, me encuentro igual de libre, pero en el papel tengo una esclavitud, que es la que tiene mi jefe, que es el espacio, que tiene que organizar entre muchos periodistas.

¿Cómo es tu relación con los lectores del blog?

Muy buena. Lo que más me gusta son los comentarios. He sido capaz de hacer un post casi todos los días precisamente por eso, porque me motivan y me generan una especie de compromiso. Me gusta mucho la calidad del comentario, como vamos creando entre todos un espacio donde depositamos ideas, sugerencias, links, vídeos... y me parece muy enriquecedor, una experiencia muy bonita.

Eres un periodista con una amplia trayectoria y que ha vivido muchas fases de la profesión. ¿Cómo crees que ha afectado la llegada de Internet al trabajo del día a día?

En el papel, entre crisis de un tipo y crisis de otro, hemos ido languideciendo. En España hemos ido renunciando un poco a otro tipo de periodismo, quedando atrapados en el periodismo declarativo. Hay algunos medios como El País que han intentado romper ese tipo de estructura, pero en Nacional, de alguna forma, te ves arrastrado a veces en las declaraciones aunque intentes evitarlo. Internet es una bocanada de aire fresco que nos permite volver a pensar las cosas, intentar hacerlas mejor. No estamos hablando de cinco o seis medios de competencia, son cientos. Un lector español que sepa inglés, por ejemplo, puede leer The Guardian, The Financial Times o The New York Times, pero también muchísimos blogs, webs especializadas... La competencia es brutal y tenemos que merecer que nos compren, tenemos que merecer que nos lean. Internet puede insuflar vida a los periódicos en papel, que se van a tener que reconvertir. Nadie sabe cómo se va a hacer, nadie sabe cómo se va a hacer Internet, nadie sabemos nada. Estamos empezando, pero sí es cierto que se va a tener que cambiar el modelo de hacer cosas en el papel.

Contar otras cosas...

Claro. Tenemos muy poco espacio y no podemos contar las mismas cosas de siempre, habrá que hacer otras cosas mucho más interesantes. Y hacer un esfuerzo, porque también nos hemos ido haciendo vagos. El periodismo declarativo es muy más barato y mucho más fácil (cortas y pegas y pones lo que ha dicho uno y otro). Hay que buscar un poco lo que está detrás y aprovechar nuestro talento, nuestra profesionalidad y los años de profesión para poder hacer un producto distinto.

Pero el periodismo en Internet se hace mucho sentado en la redacción y tirando de teletipos, Google y Wikipedia.

Lo importante es tratar de hacer las cosas bien. Un periódico, sea digital o no, tiene muchas capas, muchos niveles, y hay mucha gente haciendo cosas distintas, pero lo importante es que todo el mundo las haga bien y si no las haces bien, que haya elementos de correción. Lo que no se puede hacer es mentir, no puedes contar algo que no está sucediendo en la redacción como si estuvieras en el lugar: primero porque es mentira y segundo porque es imposible que lo cuentes igual. Para que haya color, olor, sabor, el periodista tiene que estar ahí. Hay que tener voluntad de saber contar las cosas, saber lo que quieres contar, incluso aunque hagas un teletipo, trata de no repetirlo, de mejorarlo un poco. Ya que tenemos Internet, googlelea, mejóralo, mira en tus archivos y trata de pensar en un lector que está leyendo eso.

Apenas hace un año que abriste tu blog. ¿Qué te animó a ello?

Rosa Jiménez Cano me insistía muchísimo, yo no lo terminaba de ver porque no me apetecía dedicar tiempo a eso. Soy muy desorganizado, muy vago, como todos los periodistas, necesito un deadline (fecha tope) y yo no quería hacer un blog por eso. Pero a finales de 2008 me fui a Irak, y ya sugerí hacer un tipo de blog, pero tampoco supe muy bien qué sugerir y ellos no supieron entender lo que yo estaba sugiriendo. Nadie dijo ni mú, me fui y hubo muchos momentos muy aburridos y todo ese tiempo lo llenaba escribiendo un diario. Me sirvió de ocupación y de ordenación y luego utilicé párrafos enteros para un reportaje y me di cuenta de que eso podía ser un blog. A la vuelta le dije a Rosa que quería poner en marcha uno. Así que lo hago por la noche en mi casa y para mí ha sido fantástico. Estoy entrenado a tener una forma de mirar, pero el blog me exige tener que hacer pequeños retoques y empecé a ver cosas que antes no veía y que he aplicado a mi trabajo de reportero. Una de las consecuencias han sido los cuadernos de Kabul.

¿Y qué te aporta el blog?

En el blog es como si yo todos los días saliera a correr 11 kilómetros mentales, lo que me está entrenando para correr el maratón, que puede ser un gran reportaje. El blog es un entretenimiento, es luchar contra esa vaguería y es un compromiso. Y a mí como periodista me ha mejorado. Es como cuando viajas con un fotógrafo, que mira de otra forma que el escritor, y cuando te fijas en cómo está mirando, descubres ángulos que no sabías que estaban.

Hay gente de tu edad, que lleva muchos años en la profesión, y que es muy reticente a Internet, los blog... ¿Qué les dirías a todos esos?

Una de las esencias del periodismo es la curiosidad y la valentía. Y no tener miedo.

Pero la gente se acomoda con los años...

Sí y si se tiene miedo, no se tiene valentía y a uno le asustan los cambios tecnológicos, pues no sé cómo se puede ser periodista. Decía Kapuściński una cosa muy divertida: cuando un niño está con su madre y aparece alguien de otro color, el niño, depende de la educación que haya tenido, puede tener dos reacciones, o esconderse detrás de la falda de su madre y perderse una aventura, o acercarse a la persona que ha entrado en su casa a mirar qué le trae, qué le puede traer una aventura de vida. El periodista es eso, si cambian las reglas del juego y uno decide esconderse tras la falda de su madre, se está perdiendo una aventura.

La pregunta del millón: ¿Va a desaparecer el periodismo?

Yo creo que no. El periodismo es la profesión más antigua del mundo, mucho más que la prostitución. El placer de contar cosas y que te las cuenten... Eso es el periodismo y eso no va a desaparecer nunca. No hay una crisis del periodismo; hay una crisis del negocio y de las empresas y una forma de entender el periodismo que ha funcionado muy bien en los últimos 200 años. Bueno, tendremos que encontrar otras fórmulas, que seguro que las hay. Hay gente que quiere escuchar historias y hay mucha gente que quiere contarlas también y el único problema que tenemos es cómo rentabilizar eso en la red. Pero como hay tantísima gente con el mismo problema, estoy seguro de que a alguien se le va a ocurrir algo genial. Y no hay que cobrar en la red, hay que buscar otras fórmulas. Se puede cobrar a través del papel, por ejemplo.

Pero eso te exige tener un medio de papel que te respalde...

Internet es picar, pero hay una generación que sí sabe leer en Internet y que igual no saben leer en papel. Lo que pasa que el papel ha creado esta cultura, ha creado la democracia, ha creado el pensamiento... y estamos haciendo una revolución brutal (que nos hará mejores, como todas las revoluciones) y los periodistas encontraremos fórmulas. Ahora es curioso cómo medios nativos de Internet como politico.com quieren papel, porque el papel te da prestigio. Seguramente vamos a lo que ha hecho The Christian Science Monitor y desaparecerán las ediciones de entre semana, para hacer una o dos ediciones potentes de fin de semana, cuando la gente tiene tiempo para leer. Pero habrá que hacer muy buenas ediciones.

Como pasa en Francia, donde sólo editan un periódico para el fin de semana.

Y The New York Times tiene una suscripción que se llama long weekend (fin de semana largo) de viernes, sábado y domingo. Da la sensación de que los tiros van por ahí. Pero desaparecer el papel... El gurú más joven de los que dice que va a desaparecer el papel, se va a morir antes de que desaparezca. Es posible que dentro de mucho tiempo sea el Ipad u otras cosas. Creo que todos los formatos son compatibles. The Economist, que es una revista maravillosa, publicó hace unos meses una crónica sobre el final del periodismo, una crónica que se publicó a finales del siglo XIX con la invención del Telex. La muerte del periodismo se ha anunciado muchas veces, pero está más que vivo.

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