En declaraciones a Europa Press, el editor de la revista, Abelardo Linares, consideró "normal" que la revista "cierre", pues las publicaciones periódicas literarias "no duran", siendo "lo anómalo y extraño" que ésta llevara más de 20 años.

En este sentido, reiteró que el hecho de la desaparición de la revista Renacimiento "está dentro de la normalidad literaria". Por otro lado, aseguró que dejan "la puerta abierta para un nuevo Renacimiento" y explicó que "las revistas lleva más de 20 años y pierde algo de agilidad, por lo que hay que renovarse". "En el futuro puede surgir con otra idea, pues la fórmula de la revista de literatura tradicional ha envejecido tras más de un siglo", dijo.

Asimismo, Linares indicó que "mientras la editorial exista hay posibilidades de que vuelva a salir, abriendo la opción de que aparezca un patrocinio nuevo". Al hilo de esto, recordó que Renacimiento nació en 1988 sin ayudas y más tarde y durante bastante tiempo contó con las ayudas de la Junta de Andalucía, que se efectuaban en compras de libros para bibliotecas.

Con respecto a las causas, manifestó que han existido "muchas, si bien el detonando ha sido el cese de las ayudas al libro de la Junta de Andalucía, aunque reconoció que "fueron muy beneficiosas". No obstante, aclaró que la ausencia de ésta "no harán que la editorial desaparezca, pero si replantear estrategias, en las que no había cabida para la revista".

Número inédito

El último número de la revista, tras el monográfico sobre Chesterton, comienza con un editorial del director de la revista, Fernando Iwasaki. En dicho escrito, al que ha tenido acceso Europa Press, el escritor acepta que "como el sino de las revistas literarias es desaparecer, Renacimiento no podía ser la excepción", llegando al final de esta segunda etapa que comenzó en la primavera de 1996, tras una primera desde 1988 a 1995.

Por otro lado, lamenta la dependencia de la economía para subsistir, afirmando que "una cosa es vivir sumergido y otra muy distinta vivir hundido, pues las revistas literarias pueden ser privadas y riquísimas, y eso es fantástico; públicas y solventes, y está bien; públicas y menesterosas, y esto ya es malo; o pueden ser privadas e indigentes, y eso es muy peligroso".

En este sentido, Iwasaki subraya que Renacimiento ha sobrevivido hasta ahora "gracias a una suma de complicidades y generosidades, pues siempre han podido contar con la colaboración de autores reconocidos como Mario Vargas Llosa, Francisco Brines, Ernesto Sábato, Fernando Savater, Jorge Edwards, Enrique Vila-Matas, Guillermo Cabrera Infante, Antonio Muñoz Molina, Alfredo Bryce-Echenique, Andrés Trapiello, Luis Alberto de Cuenca o Luis García Montero, entre otros, cuyas desinteresadas colaboraciones se han publicado junto a las de poetas y narradores más bien noveles y desconocidos, cuando no inéditos".

Asimismo, recuerda en el editorial que Renacimiento nació como una revista de poesía y en este número han vuelto a sus orígenes. Además, Iwasaki confiesa algunas de las satisfacciones que le ha otorgado la revista, como haber publicado inéditos de Roberto Bolaño y José Watanabe antes de sus respectivas consagraciones en España, y haber reunido durante casi 15 años "a los mejores narradores de su generación en ambos lados del Atlántico".

En este sentido, enumera a Fernando Royuela y Rodrigo Fresán, Javier Cercas y Jorge Volpi, Juan Bonilla y Edmundo Paz Soldán, Nuria Barrios y Enrique Prochazka, Felipe Benítez Reyes y Juan Carlos Méndez Guédez, Espido Freire y Andrés Neuman, Care Santos y Eduardo Halfon, Vicente Gallego y Andrea Maturana, Antonio Orejudo y Guadalupe Nettel, Almudena Grandes y Santiago Gamboa, Félix Palma y Karla Suárez, Carlos Marzal y Leonardo Valencia, Ignacio Martínez de Pisón y Jorge Eduardo Benavides, entre otros.

Por último, Iwasaki adelanta que "dentro de unos años harán justicia a la cabecera y volverán a nacer con un número de homenaje al poeta Vicente Tortajada, aunque tengan que pedir otra hipoteca" e invita a seguir leyendo "hasta entonces".