La rabia y la indignación salen a las calles de las principales ciudades estadounidenses, como es el caso de Oakland, en California, o de Seattle, en el estado de Washington. Los manifestantes han cortado carreteras y en la propia Seattle, en medio de la protesta, se ha producido un tiroteo con cinco heridos. En Nueva York han rodeado el edificio más simbólico del magnate, la torre Trump, creándose pequeños enfrentamientos.