La alfombra verde del Villa Park de Birmingham poco tiene que ver con los antaño amarillentos campos del Santa Ana, el Pegaso o el San Federico. Sin embargo, es posible encontrar un nexo de unión entre mundos tan distintos. Se trata de Carlos Cuéllar (Madrid, 28 años), defensa del Aston Villa, el equipo menos goleado de la Premier inglesa (21 tantos), que antes de alcanzar el éxito labró su porvenir en el fútbol modesto.

"Siempre fui un jugador de equipos de barrio", dice este vecino del distrito madrileño de Tetuán; "a los 11 o 12 años –duda– hice una prueba con el Real Madrid, pero no me cogieron. Entonces jugaba de delantero y practicaba atletismo. Mi especialidad era el 1.500", recuerda. Tampoco tuvo fortuna con el Atlético: "Jugué un torneo juvenil con ellos, lo ganamos y fui elegido como mejor jugador". Pero Cuéllar aún está esperando la llamada rojiblanca.

Explotó en Escocia

"Mucha gente se identifica conmigo –asegura–, están orgullosos de que alguien humilde haya triunfado. Para salir de donde he salido, es necesario tener fortuna y trabajar muy duro", concluye el madrileño, por el que el Aston Villa pagó, en el verano de 2008, 10 millones de euros al Glasgow Rangers, el equipo donde explotó definitivamente tras pasar por el Calahorra, el Numancia y el Osasuna.

"El año del Rangers fue el mejor de mi carrera", afirma Cuéllar, quien fue nombrado mejor jugador de la liga escocesa "no siendo delantero y jugando de central". Ganó la Copa y la Copa de la Liga y llegó a la final de la extinta Copa de la UEFA, donde cayó ante el Zenit ruso de Arshavin.

"Me ayudó mucho jugar tantos partidos (63 encuentros y cinco goles). Crecí una barbaridad como jugador", considera el central, admirador de Hierro y Maldini. Pese a sus 190 cm, Cuéllar no es un zaguero duro: "Prefiero la anticipación antes que la dureza". Finalista de Carling Cup 2010 con los ‘villanos’, su asignatura pendiente no está en el campo: "Todavía no domino el inglés".

Más de 3.000 fans en la Red

El nombre de Carlos Cuéllar ha sonado en más de una ocasión para la selección española que dirige Vicente del Bosque. "Está claro que estar en el Mundial es un sueño que será complicado de cumplir porque el bloque de la Eurocopa es fuerte", aunque "estoy preparado para afrontar el reto". El central madrileño cuenta para la tarea, además de con sus innegables méritos futbolísticos, con una masa social que le apoya desde Internet. Tiene más de 3.000 seguidores entre las redes sociales Facebook y Twitter que piden su presencia en la selección.