Según explicó la empresa municipal en nota de prensa, el 3 de noviembre de 2008 entró en marcha un plan experimental de transporte en la zona rural de Gijón. Consistía en la dotación de tres vehículos que realizaban siete líneas que cubrían el conjunto del área rural del municipio. La utilización de las siete líneas por parte de los vecinos de la zona rural en el año de prueba establecido entre noviembre de 2008 y octubre de 2009 ha sido muy baja, con porcentajes medios de ocupación de los vehículos inferiores al 11 por ciento.

Un número considerable de trayectos se realizaron de media con menos de tres personas por autobús. Esto significa que, en gran parte de los recorridos realizados, los autobuses han circulado sin viajeros, según indicó Emtusa.

Los costes totales anuales del funcionamiento de las siete líneas rurales han ascendido a 613.623 euros. El déficit de explotación por cada persona que utilizaba una de estas líneas ascendió a 12.98 euros. Por ello, las pérdidas que estas siete líneas han generado a la empresa ascienden a 585.653 euros.

Emtusa señala como posibles alternativas de transporte público para la zona rural gijonesa, alguna de las siete líneas regulares de autobuses que prestan servicio en esas zonas, y de las que se encarga el Consorcio de Transportes de Asturias (CTA).

Las parroquias cubiertas con estas rutas son Baldornón, Caldones, Fano, Santurio, Cabueñes, Bernueces, Granda, Vega, La Pedrera, Leorio, Porceyo, Cenero y Poago.

Además de ello, el propio CTA tiene una red de empresas que prestan servicio escolar que cubre el conjunto de la zona rural gijonesa con 29 rutas susceptibles de ser utilizadas por los vecinos de las parroquias rurales gijonesas, que se verán incrementadas a partir de abril.