"Se ha parado, pero la tirarán por la noche, o mañana u otro dia", dijo al término de la protesta el coordinador de Unió de Pagesos, Josep Cabré, que definió la escena como un entierro. "Es el entierro de una granja, que nunca más vuelva a pasar", una opinión que compartió el lider de URAPAC, Joan Graells.

Entre los 150 agricultores y ganaderos estaba el dueño del pajar. El propietario de la granja, Adrià Marquilles, alcalde de Els Plans de Sió, municipio al que pertenece Sisteró, no asistió.

El derribo es consecuencia de la denuncia del propietario de una casa en medio. La sentencia fue dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), que atendió la demanda de un vecino de Cervera.

Los hechos se remontan a 1983, cuando el demandante llegó a la población procedente de Barcelona y solicitó edificar una casa con granja en unos terrenos agrícolas. El consistorio la aprobó, aunque con la condición de que "no se puede admitir que la autorización de una vivienda en suelo no urbanizable tenga efecto de crear en su entorno un área de afectación que limite las actividades de la zona".

La sentencia del TSJC recoge que deben demolerse dos ampliaciones de las explotaciones ganaderas, denunciadas en el año 2000 cuando los propietarios afectados ahora por la demolición de sus edificios expandieron sus instalaciones.