Benicio del Toro: "Siempre me puse del lado de los monstruos"

  • Admirador de los grandes actores del terror clásico
  • Es el hombre lobo en su última película, que se estrena este viernes.
  • Charlamos con una estrella que sueña con dirigir, odia los teléfonos y los ‘flashes’ de los ‘paparazzi’ y se confiesa "muy tardón".

El periodista llega tarde, pero Benicio Del Toro no se ha ido ofendido, sino que espera pacientemente. Y, desde sus casi dos metros y mucho más guapo de lo que uno imagina, recibe con una sonrisa y su dulce acento puertorriqueño: "No te preocupes, yo también soy muy tardón".

¿Por qué otro hombre lobo?

La original se hizo en 1941, y cuando se lo propuse al estudio les sedujo la idea. Pronto se formó un grupo de trabajo de primera clase, y pensé que había que hacerla.

¿La película es un homenaje o pretende ser algo nuevo?

Ambas cosas. Mi personaje y su relación con el entorno son distintos, pero conservamos elementos como el influjo de la luna llena o que sólo muera por una bala de plata.

Su disfraz también recuerda al de la película original.

Sí, yo quería hacerlo así. Pero también tuvimos que hacer cosas por ordenador, como cuando corro a cuatro patas. Investigué mirando mucho a los perros, pero nunca conseguiré hacerlo como ellos.

Sí logra transmitir bastante vulnerabilidad...

Mucho mérito es del guionista, que supo ahondar en ello. Mi personaje tiene algo de Hamlet, hace un viaje personal y con algo de venganza para romper una maldición.

¿Desinhibe actuar bajo tanto maquillaje?

Hay que sobreactuar. Y es como echar una carrera en una sauna, cada tres minutos tienes que cambiarte la camisa porque no paras de sudar.

¿Es más divertido hacer del hombre lobo o del Che?

Todos los papeles son difíciles, pero es verdad que aquí te relajas más. Para una escena del Che te lees cinco libros, para hacer del hombre lobo dejas volar la imaginación.

¿Qué otros monstruos le asustaban en su niñez?

Siempre me puse del lado de los monstruos: pienso que les persiguen y juzgan, pero nunca intentan entenderles. Lo cierto es que mi infancia se construyó con películas como ésta, y sobre todo con sus actores. Lugosi en Drácula, Karloff en Frankenstein... Hacer El hombre lobo tenía mucho de viaje nostálgico.

¿Gustará al público actual?

Una buena historia siempre es una buena historia. He estado en películas que han hecho dinero pero se olvidaron rápido y otras en las que pasó lo contrario. Creo que ésta gustará, pero que venda mucho no depende de mí.

Le conviene, porque es coproductor. ¿Por qué lo hizo?

Llevo 20 años haciendo cine y trabajé con grandes directores de los que aprendí cosas. Ya tengo el suficiente atrevimiento, la convicción, como para decidir qué proyectos pueden ser buenos y proponérselos a los estudios.

¿Cómo aguantó esos 20 años hasta tener el control?

A base de disciplina y no dejar de estudiar. También con una mentalidad positiva e intentando no deprimirme. Ser actor es como jugar al fútbol, se falla mucho más que se mete, y no debes perder la cabeza cuando las cosas van mal.

¿Y cuando van bien?

Menos. La fama me llegó con 30 años: de haber sido antes, quizá no estaría aquí. Con 30 ya tenía la madurez suficiente para saber que el éxito se logra a base de mucho trabajo, y que las películas no las hace uno solo. Antes era más rebelde, más duro, pero aprendí a perder batallas para ganar la guerra.

¿Para cuándo una comedia?

Me gustaría. Pero son las películas las que escogen a los actores, no al revés.

¿Con qué director sueña con trabajar?

Estaba muy contento porque iba a hacerlo con Martin Scorsese, pero al final no ha podido cuajar. Con él haría lo que fuera, estoy dispuesto a hacerle todas las mañanas el desayuno, huevitos fritos, limpiarle la casa, lo que sea para que vuelva a llamarme. Representa todo el cine que amo. También hay directores españoles que me interesan, y no sólo Almodóvar o Amenábar. Me gusta mucho Víctor Erice, ¿En qué anda? ¡Vamos a llamarle ahora mismo!

Y usted, ¿cuándo dirigirá?

Quiero hacerlo, pero las cosas no se dicen, se hacen. No sirve de nada que te diga que quiero rodar una película maravillosa: hay que hacerla. Tengo un guión y algunas buenas ideas. Ojalá salga buena, bonita y barata.

Mientras, y como actor, ¿qué consejo le da a alguien que esté empezando en la profesión?

Que viaje. Mucho. Si es americano, que recorra Europa. Si es europeo, que vaya a cualquier lugar del mundo. Para ser actor, la primera lección es haber vivido.

En El hombre lobo trabaja con Anthony Hopkins. ¿Cómo lo llevó?

Con mucho respeto y admiración. Intimida porque es alguien a quien admiras, una leyenda. Sé lo difícil que es ser actor, y tener delante a uno tan bueno y con una carrera tan larga... Como dicen ustedes, flipas.

¿Se ha cruzado con muchos lobos en la vida real?

Sí. Con la gente que roba, que miente. Los hay en todos los niveles. Pero los peores son los que cometen injusticias.

Y a usted, ¿qué le convierte en un hombre lobo?

Los teléfonos. Y los flashes de los paparazzi. Dejémoslo ahí.

¿Y pasarse media hora respondiendo preguntas?

Está bien, todos tenemos que comer de esto. Y si sirve para que vaya más gente a ver mi película, mejor. Así podré hacer muchas más.

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