Esto supondrá un plazo máximo de dos meses, según ha informado el Ayuntamiento de Monzón en un comunicado, en el que ha indicado que la ordenanza afectará a los residuos de demolición y construcción que son consecuencia de las obras de una licencia municipal.

El concejal del área, Miguel Aso, y la técnico, Pilar Ibarz, han explicado que el Gobierno de Aragón es el responsable de la gestión de los residuos de obras mayores, y a tal efecto ha previsto el acondicionamiento de una serie de puntos de gestión de residuos por el sistema de concesión administrativa. El que dará cobertura a Monzón está previsto, inicialmente, en el municipio oscense de Binaced.

En cuanto a las obras menores, que son de competencia municipal, el ayuntamiento está obligado a dar salida a los residuos habilitando un sistema de recogida.

Así, a las empresas y particulares soliciten una licencia de obras se les pedirá un aval en función del volumen de residuos que prevean generar. Recuperarán el depósito cuando presenten los justificantes del vertido en las instalaciones de un gestor autorizado. La tabla de los avales la establece la Administración autonómica.

En el caso de Monzón, y hasta que la ordenanza tenga vigencia, la escombrera abierta recientemente en el tozal del Salobrás dará servicio con carácter provisional. El concejal de Medio Ambiente, Miguel Aso, ha recalcado que este espacio será clausurado en cuanto la norma municipal sea oficial "y entonces los generadores de residuos deberán acudir obligatoriamente a un gestor autorizado".

Ha añadido que ante la inexistencia del servicio público a día de hoy, los interesados pueden acudir a gestores privados y autorizados por el Gobierno de Aragón. En esa zona, el gestor privado autorizado más cercano se encuentra en Barbastro (Huesca).

Asimismo, ha precisado, desde el ayuntamiento "informaremos a los solicitantes de licencias de obras de estos extremos y pondremos en marcha el sistema de avales", al tiempo que ha adelantado que el punto de gestión de Binaced "aún tardará un mínimo de siete meses".

El concejal ha reconocido que "la gestión será más cara que el mantenimiento de una escombrera", si bien los constructores "deben comprender que su actividad genera residuos que deben ser tratados conforme a la legislación medioambiental, tal como ocurre con el resto de actividades", ha concluido.