La escalada de costes a la hora de pagar el sepelio sigue imparable. En 1998, un entierro tipo (féretro, coche fúnebre, gestión de documentos, coronas y un nicho durante cinco años) apenas superaba los 960 euros en Zaragoza. En la actualidad, oscila entre los 2.000 y los 2.500 euros, según las funerarias consultadas.
El precio del ataúd, que  va de los 900 a los 10.000 euros, llega a suponer la mitad del gasto. Hay que añadir las coronas de flores (de 180 a 600 euros) y la gestión de documentos (certificado médico de defunción y su inscripción en el registro y la licencia de entierro o incineración), que junto al traslado del féretro cuestan unos 200 euros.

 

La subida de los precios de los servicios del cementerio de Torrero es contenida. Los velatorios cuestan de 190 a 359 euros según el tiempo de uso (de 24 a 48 horas), la incineración de cadáveres 114 euros) y las capillas de 68 a 57 euros. Las tarifas han subido un 15% respecto a 1998.

 

 

El Ayuntamiento ha brindado un entierro digno y gratuito a una treintena de fallecidos sin recursos económicos suficientes en lo que va de año. En 2004 afrontó los gastos de 57 sepelios.

 

 

Los seguros de deceso cubren todos los gastos que rodean un sepelio. Para ello hay que pagar, prácticamente, durante toda la vida. Una familia de cuatro miembros pagaría, aproximadamente, unos 60 euros por trimestre.

 

 

Varias patrullas policiales se encargan de vigilar el complejo funerario para evitar profanaciones de nichos, mientras el Consistorio busca un sistema que refuerce la seguridad en el cementerio.

 

 

En Zaragoza sólo cinco personas ceden su cuerpo a la ciencia al año. Los que se interesan son más (unas 40 personas, casi todas ellas mayores), que dan su consentimiento para que su cuerpo sirva para prácticas en la sala de disección de Medicina. Pese a ello, cuando llega el fatal momento, son muchos los familiares que deciden revocar la decisión del fallecido. No sirven todos los cadáveres. Hay que desechar los que han padecido enfermedades infecciosas o murieron en accidente.