Isabel de Ocampo: «Si quieres hacer cine de verdad, tienes que rodar un corto»

La salmantina Isabel de Ocampo ha tenido un año 2009 triunfal. Goya al mejor cortometraje de ficción por ‘Miente’, poderoso retrato de una inmigrante prostituida, y lleva más de 40 premios nacionales e internacionales. Prepara su primer largo, que producirá Fernando Colomo.
Isabel de Ocampo
Isabel de Ocampo
Lucía Antebi
Isabel de Ocampo

Autora de cuatro cortos, está terminando un documental sobre un grupo juvenil de teatro, Los Shespirs, y no cierra, después de Miente, las puertas al cortometraje.

En 2010 veremos un documental tuyo muy especial.

Sí, Piratas y libélulas. Es sobre el grupo teatral Los Shespirs, alumnos de un instituto de Las Tres Mil Viviendas, un barrio extremo de Sevilla. Comandados por una profesora, hacen versiones increíbles de Shakespeare, como su Raúl y Julia, de Romeo y Julieta, que se ha representado en el Festival de Almagro.

Para rodar Miente, te fuiste a Bulgaria. ¿Por qué?

Necesitaba ambientación de la Europa del Este, de donde era el personaje protagonista. En Sofía me acogieron muy bien. Los americanos no paran de filmar allí. Los sueldos de los profesionales son asumibles.

Miente costó 50.000 euros.

No es un presupuesto excesivo para ser en 35 mm. Normalmente, cuesta unos 35.000 euros. Y yo pagué a mucha gente del equipo. En España nadie cobra por hacer un corto.

¿Harás más cortometrajes?

Con el éxito de Miente me han ofrecido la posibilidad de rodar alguno más y sin que tenga que empeñarme, como sucede siempre.

Has trabajado en muchos oficios del cine.

He ido ascendiendo poco a poco, participando en bastantes películas. Me di cuenta de que ser script era cómodo. Casi siempre sentada y al lado del director frente al combo, y ahí es donde se aprende a dirigir. Como script he estado en series de televisión y películas de Fernando Colomo, que será el productor de mi primer largo.

¿De qué va a tratar?

De lo mismo que Miente: la prostitución en España e igualmente en tono dramático. Escribo el guión con Juan Manuel Romero, del que recomiendo su obra Báthory contra la 613. Además de Colomo, el otro productor será Chema de la Peña.

¿Te gustan más los dramas que las comedias?

No. Creo que las comedias también se me dan bien, como demostré en Espermazotoides. Aunque lo que me gustaría hacer de verdad es un thriller político del tipo de Michael Clayton o La tapadera.

Estudiaste en la ECAM.

Sí, y me echaron. Había númerus clausus y al final del segundo curso no pude continuar. Ahora, con el éxito de Miente, me han pedido que firmara en el libro de honor. Puse la dedicatoria «Gracias por echarme» [risas]. La verdad es que me sentó muy bien que pensaran que no era apta, como ponía en la carta que recibí, porque eso me dio mucha fuerza para dejar claro que no era así.

Eres una directora vocacional.

Pensaba ser escritora, pero me parecía muy solitario. Empecé a ir al cine y Jules et Jim, de Truffaut, La naranja mecánica, de Kubrick, y, especialmente, Epílogo, de Gonzalo Suárez, fueron las que me decidieron a intentarlo.

¿Qué ha significado ganar un Goya?

Me llaman mucho de distintas productoras. Tendría más ofertas si no hubiera crisis económica.

¿Cómo es el mundillo del corto?

Si quieres hacer cine de verdad, tienes que rodar un corto. Así se llega al trabajo profesional. Es una tontería invertir ese dinero en matricularte en la universidad. Y eso que yo terminé la carrera de Comunicación Audiovisual y me gusta estudiar.

¿Los cortos son un medio para llegar al largometraje?

Ahora mismo tienen vida propia e independiente. Nacho Vigalondo también lo decía recientemente. Además, podrían servir en clases para ilustrar un tema. Miente lo han pedido amigos profesores para hablar de sexo.

Recomienda algún corto.

Últimamente me han gustado Mamá, uno de terror que pone los pelos de punta, y Cómo conocí a tu padre, de Álex Montoya, que es muy gracioso.

¿Es cierto que los ayuntamientos tardan en pagar los cortos premiados en sus certámenes?

Hay mucha morosidad. Con Miente he tenido que llamar a más de uno y suplicar que me pagaran el premio. Muy desagradable.

La era digital ha cambiado el cine de arriba abajo. ¿Cómo crees que va a evolucionar?

Las historias se han globalizado. El cine español o el francés, por ejemplo, ya no tienen señas de identidad. Todo el mundo responde a los mismos estímulos e imágenes, y vienen de Internet. Por otro lado, es muy posible que dentro de poco las películas lleguen simultáneamente a los cines vía satélite, y así se evitarían las descargas. Los próximos 25 años va a haber muchas transformaciones en el audiovisual y en realidad nadie sabe cómo enfocarlas.

www.produccionesliquidas.com/miente

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