La espera de cinco familias destrozadas

Los trámites burocráticos han impedido la repatriación  de los cinco ecuatorianos fallecidos en un accidente en Colmenar Viejo hace una semana.
Amigos y familiares de los obreros, ayer en Colmenar.
Amigos y familiares de los obreros, ayer en Colmenar.
Jorge París
Amigos y familiares de los obreros, ayer en Colmenar.
El silencio y la tristeza se apoderaron ayer de los familiares y amigos de los cinco trabajadores de las obras del Ave a Valladolid muertos el pasado miércoles  en un accidente de tráfico en Colmenar Viejo.

Todos acudieron al funeral celebrado en esa localidad con la esperanza de saber cuándo se producirá el traslado de los cadáveres de sus seres queridos a Ecuador. Pero todavía no se ha fijado ninguna fecha. «Nos dicen que depende de la embajada, pero no sabemos nada. Es muy duro estar así, con esta angustia. Nuestros familiares esperan desde hace varios días en mi país», decía con la voz ahogada Jacqueline Rogel, la viuda de Luis Eladio Haro.

El cónsul ecuatoriano, Santiago Martínez, asegura que sólo tiene que legalizar los documentos que se exigen en cualquier repatriación. La funeraria Nuestra Señora de los Remedios, encargada del trámite, argumenta que las exigencias de este cuerpo diplomático son tan «complicadas», que la espera se alarga. «Un trámite que con otro país tarda tres días, aquí se duplica. No es culpa nuestra», dijo ayer un portavoz.

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