Se llama Yasmin Frausto, tiene cuatro años y está viva de milagro. La niña, acompañada por sus padres, se encontraba el pasado domingo en las inmediaciones de un supermercado de la ciudad estadounidense de Sunnyside, en Washington, cuando estuvo a punto de ser literalmente empotrada contra la pared por un coche. Contra todo pronóstico resultó ilesa y sin más daños que el susto del momento, según informa la cadena norteamericana KHQ.

La secuencia de los acontecimientos fue captada cámara de vigilancia del supermercado. Las imágenes muestran cómo un automóvil de color rojo da marcha atrás a gran velocidad y se dirige directo hacia la menor, que caminaba junto al muro del centro comercial.

El coche se estrella a unos centímetros por encima de la cabeza de la niña y queda suspendido sobre los bolardos que protegían la acera. La pequeña, que se había agachado en una rápida maniobra, queda debajo del vehículo, suspendido en el aire. Consigue así eludir, sin ningún rasguño, lo que sin duda habría sido una muerte segura.

La conductora del vehículo, identificada como Isabel Hernández, de 35 años de edad, ha sido arrestada por conducción temeraria. Las autoridades estadounidenses ya le han retirado el carné de conducir.