En una pequeña habitación del hotel Excelsior, cerca del Palazzo del Cinema en el Lido veneciano, Lee Unkrich y Darla Anderson, director y productora de Toy Story 3 atienden a la prensa internacional, curiosa por conocer las primeras novedades de la tercera entrega, que llegará a las pantallas en algún momento aún por determinar de 2010.

¿Qué ha llevado a Pixar a retomar una saga de tanto éxito como Toy Story? En palabras de Unkrich, unas palabras que los responsables del estudio no se cansan de repetir cada vez que tienen la oportunidad, "tenemos una historia que queremos contar y sentimos que merece la pena hacerlo".

Pero a pesar de las buenas intenciones de la compañía por mimar a la saga que le brindó fama hace ya más de una década, se escuchan voces de seguidores que preieren que no se vuelva a las aventuras de Buzz Lightyear y Woody. Unkrich cree que los miedos se deben "a la gran cantidad de películas malas que se hacen. El público no va a querer esta tercera parte si es mala. ¿Por qué no iban a querer una tercera cinta?", se ríe. Y finaliza, "creo que la audiencia será feliz con este proyecto si hacemos una buena película.

El principal inconveniente al que se han enfrentado en el desarrollo de Toy Story 3 es el mismo que en sus proyectos anteriores. "La historia", asegura. "Es donde se invierte más tiempo, mucho más que en cualquier otro aspecto de la película", afirma el realizador. "John Lasseter siempre dice que nuestro plan de negocio es la calidad. No merece la pena hacer una película en la que no vamos a dar lo mejor de nosotros mismos", puntualiza.

La presión motiva a los chicos de Pixar

Sin el mando de Lasseter, padre de las dos anteriores y que ha afirmado que supervisa personalmente el proyecto, Unkrich confiesa entre risas que hay presión por sacar adelante un buen título: "La presión nos motiva. Es bueno tener las dos primeras partes detrás nuestro. Pero hacemos que ese miedo nos lleve a dar lo mejor de nosotros mismos."

Y mientras se sincera, tanto él como la productora rememoran un pequeño ejercicio que les hizo reafirmarse en su capacidad por sacar adelante el proyecto: "Hicimos un parón hace poco y vimos las dos películas anteriores. ¡Y nos impresionaron! Hasta que nos dimos cuenta que las habíamos hecho nosotros, así que... ¿quién puede hacerlo mejor que el equipo de las dos primeras?".

Unkrich y Anderson están encantados de formar parte de la familia Toy Story. "Es genial volver a tirarnos a esa piscina. Hemos pasado mucho tiempo con esos personajes y los echábamos de menos", concluyen. Todavía faltan un puñado de meses para lanzarse a la piscina de esta tercera entrega y comprobar si los miedos de muchos seguidores eran infundados.