La alfombra roja no ha sido hoy para el nuevo director de turno, para la vieja gloria de siempre o para la actriz más cotizada. No. La alfombra roja, y nunca mejor dicho, ha sido hoy para Hugo Chávez, el presidente venezolano, que en un movimiento de última hora ha querido estar presente en el estreno de South of the border, el documental de Oliver Stone ("sobre nuestro renacimiento, el renacimiento de Sudamérica", según Chávez) que él protagoniza.

"Bienvenido, Presidente", rezaba una enorme pancarta a lo largo de la alfombra roja, atestada hoy de seguidores de Chávez. Los detractores, esta vez, no se hicieron escuchar. Apenas se escuchar gritos en contra del líder, que ha aparecido por sorpresa en la Mostra.

En los días previos se habían sucedido los rumores. Que si Chávez aparecería en el Lido, que si era imposible que lo hiciera sin visitar primero a Berlusconi... Esta mañana se ha confirmado que el líder venezolano estaba en Venecia ("me han dado una vuelta en helicoptero por la isla con un capitan de los carabinieri") y en la rueda de prensa se le escapó una sonrisa al productor cuando le preguntaron por su presencia: Chávez iba a dar la cara.

La presencia de Chávez se ha notado dentro y fuera del recinto, donde la policía ha atestado las calles con numerosos efectivos y controles para poder presenciar la llegada del presidente. Sobre las cinco de la tarde, Stone y Chávez han aparecido en el Palazzo, los dos trajeados y los dos con rigurosa corbata roja, mientras una bandera de la Refundación Comunista.

Director y presidente han pasado a la sala, llena hasta la bandera para presenciar el documental. A la habitual presentación del equipo técnico de la cinta ha seguido la ovación para Stone, al que Chávez jaleaba desde su butaca. Y ante el estupor del público, y sin presentación previa por parte de la megafonía, Chávez se ha alzado para recibir su propio baño de masas. Y eso que en la alfombra roja ha asegurado que viene "como uno más a este Festival, no lo hago como presidente de Venezuela". El baño, conociendo al público que llena las salas del Lido, va a continuar una vez acabado el metraje.