El hambre de los buitres puede tener los días contados después de que la Unión Europea haya dado luz verde a un nuevo reglamento, que establece una excepción a la actual prohibición de abandonar animales muertos en el campo, que constituyen la base de la alimentación de las aves carroñeras.
A raíz de la crisis de "las vacas locas", la Comisión Europea aprobó en 2002 el reglamento 1774/2002, que regulaba el destino de los subproductos animales no dirigidos al consumo humano, entre ellos, los restos de ganado muerto.
Esta normativa supuso un cambio en la gestión ganadera, ya que obligaba a recoger e incinerar los restos de ganado que mueren tanto de forma natural, como por accidente o enfermedad, lo que poco a poco trajo consigo una disminución de alimentos para las aves necrófagas, ha explicado Ana Íñigo, de SEO/BirdLife.
Desaparecen las aves carroñeras
La prohibición de abandonar animales muertos ha tenido una incidencia especial en España, que concentra aproximadamente el 90% de las aves carroñeras de toda la Unión Europea.
Entre los efectos de la escasez de comida destacan la disminución de la productividad observada en poblaciones donde se hace un seguimiento, la desaparición de colonias nidificantes y cambios en el comportamiento de las aves -han perdido parte de su desconfianza y se han hecho más osadas-.
En el refugio de rapaces de Montejo (Hoces de Riaza, en Segovia) que gestiona WWF, se ha pasado de valores de productividad de la colonia superiores al 50% a un 35% en los últimos tres o cuatro años, ha asegurado a Efe Luis Suárez, responsable de especies de esta organización ecologista.
Mal de las vacas locas
Además, han aparecido buitres en países como Bélgica, Holanda o Alemania procedentes de España, lo que indica que están realizando desplazamientos mucho más largos de lo habitual (normalmente no se alejan más de 10 o 20 kilómetros de la colonia si no hay necesidad). s Los más amenazados no son tanto los
En España, según Ana Íñigo, está demostrado que la cabaña caprina y ovina, suficiente para alimentar a todas las aves carroñeras del país, no está contagiada de la encefalopatía espongiforme bovina, por lo que, de momento, su ingesta por parte de las aves no supone un riesgo.
Forma ecológica de alimentar
La organización conservacionista hizo una batalla de la modificación del reglamento y, junto a las presiones de otros grupos e incluso de la ex ministra de Medio Ambiente Cristina Narbona, consiguieron ser oídos en Europa.
El nuevo reglamento, aprobado en el Pleno del Parlamento Europeo en mayo y a la espera de ser publicado, contempla una serie de excepciones para la alimentación de las aves necrófagas.
Su entrada en vigor, una vez que los países comunitarios adapten el reglamento a sus propias normativas, permitirá que, bajo determinadas condiciones y supuestos, puedan abandonarse en la naturaleza animales muertos, siempre en zonas con importante concentración de carroñeras.
"Cualquier animal muerto en el campo donde hay carroñeras desaparece en cuestión de horas", por lo que lo es la forma más ecológica de alimentar a las aves necrófagas, según los ecologistas.
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