El Barça y sus seguidores llegan a Roma

La plantilla completa del Barcelona, incluidos los jugadores lesionados, e Iniesta y Henry, ya ha llegado al aeropuerto Fiumicino de Roma, ciudad en la que disputa mañana la final de la Liga de Campeones contra el Manchester United.

Jugadores y directiva han viajado en el piso de arriba del aparato en una delegación barcelonista en la que han sido incluidos el jugador del equipo filial, Alberto Botía, y el juvenil Marc Muniesa.  Hasta 580 personas, incluidos 75 periodistas y varios centenares de aficionados, que se unirán a los que ya estos días se pueden ver deambular por las calles de la Ciudad Eterna con sus bufandas blaugranas.

Unas bufandas que contrastan con las elevadas temperaturas que se vienen registrando en los últimos días en Roma y en toda Italia, donde los termómetros superan los 30 grados centígrados y donde el pasado sábado 23 ciudades estaban en estado de alerta por calor (mañana serán sólo 14).

Una vez que sientan en su llegada al aeropuerto las temperaturas de Roma, en la que la humedad incrementa la sensación sofocante de calor, los jugadores se dirigirán al céntrico Gran Hotel Via Veneto de la ciudad, donde permanecerán hasta la tarde, cuando comiencen los primeros actos relacionados con la final de la Liga de Campeones.

La primera rueda de prensa del equipo en Roma está prevista para las 19.15 hora local y posteriormente la agenda del Barcelona incluye un entrenamiento a eso de las 20.00.

Lejos de ese Estadio Olímpico donde se disputará el partido, el centro de la capital italiana respira ya el ambiente previo a un gran evento deportivo como es la final de la máxima competición europea, que podría suponer para el Barcelona su tercera Copa de Europa.

Las actividades de celebración de la final, previas al propio partido, comenzaron ayer en los alrededores del Coliseo, donde han sido colocados puestos del Barcelona y Manchester United, que llegó ya ayer por la tarde a la capital italiana.

Los dos aeropuertos de la ciudad, Fiumicino y Ciampino, registran ya la llegada de vuelos cargados de miles de aficionados de uno y otro equipo, que, en el caso de los culés, podrían llegar también por barco al puerto de Civitavecchia, próximo a la capital italiana.

Los aficionados del Barcelona, según la Policía italiana, se concentrarán previamente al partido en la Plaza Cipro, muy cerca de la Ciudad del Vaticano, mientras que los ingleses lo harán en la Plaza de las Canestre, en el gran parque de Villa Borghese.

Las autoridades locales esperan la llegada de unos 50.000 aficionados de uno y otro equipo, y para evitar problemas se ha prohibido la venta de alcohol en el centro de la ciudad en botellas de vidrio desde las 17.00 de hoy y hasta las 06.00 de la mañana del jueves.

En Roma se encuentra ya el presidente de la UEFA, el francés Michel Platini, quien llegó ayer por la tarde para presenciar el partido en el Estadio Olímpico de la ciudad, en el que también estará el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.

El Rey Juan Carlos, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, también asistirán al partido.

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