Esta versátil y simpática joven interpreta a Elisa, la fantasma más terrorífica de la serie Hay alguien ahí (22.15 h), de Cuatro. La ficción narra las desventuras de la familia Pardo-Simón, que se muda a una nueva casa, donde no están solos: dos jóvenes muertos hace tiempo les acompañan.

¿Le han gastado ya bromas por interpretar a una fantasma?

Me hacen el comentario de Carolina Bona, la fantasmona (risas).

No se puede decir que le de vida a Elisa...

No, más bien le doy muerte.

¿Por qué tiene tanta mala leche?

No tiene mala leche, es que no la entendéis. La chavala está diciendo algo y da pistas, pero no lo cogen y se frustra.

A lo mejor es que no es fácil tratar con los muertos.

Claro, es que no se comunican igual, tienen una dimensión distinta.

No le será difícil aprenderse los textos...

No (risas). No me llevo deberes a casa, eso es verdad.

¿Es más difícil interpretar cuando no se tiene texto?

Es un trabajo más físico y de expresión y eso me gusta bastante. Además, de repente tienen que atarme a un palo con unos arneses y me dan vueltas, o me echan tierra encima para hacer un efecto y eso es una parte muy divertida del trabajo.

¿Cuánto tardan en caracterizarla?

Entre peluquería y maquillaje más o menos una hora.

¿Y no se ha planteado coger el autobús así, a ver que pasa?

Me han dicho que podríamos hacer una broma conmigo, en una carretera, de noche, pero creo que es una broma con peligro mortal, porque le puede dar un infarto a alguien.

¿Cómo son los efectos especiales?

Casi no se usan, la mayor parte de las cosas se hacen en el set, los efectos son sólo para darle un toque.

¿Y no le da cosa interpretar a una muerta?

Soy una friki del terror, porque lo paso fatal viéndolo pero me encanta, y cuando leo los guiones no me da cosa, pero después de un capítulo me quedo pensando en la historia y ahí si me rayo un poco (risas).

¿Cree en fantasmas?

El tema me da algo de respeto, así que siempre digo que ellos en su dimensión, y yo en la mía (risas). La verdad es que no me gustaría ver uno.

Así que no ha tenido experiencias paranormales...

Yo no, pero en mi familia sí que ha habido, son historias sobre casas que he oído desde pequeñita.

¿No le han prevenido contra las maldiciones de este tipo de rodajes?

Más bien advertí yo, que me sé todas esas historias (risas). De momento no estamos rodando en un cementerio indio ni nada raro.

Será difícil ligar en las discotecas cuando se está muerta...

La gente no me reconoce mucho. De esta serie sólo me reconoció un chico cubano que me preguntó qué tal iban las apariciones.

¿Pasan miedo en los rodajes?

Hay momentos, sobre todo cuando ves en cámara las cosas que estás haciendo, rodando no, porque hay demasiadas personas. Además, interpretar a un fantasma es muy divertido, yo se lo recomiendo a todo el mundo.

¿Y qué le da miedo a usted?

A parte de la idea de cruzarme con un fantasma... Los insectos en general no los llevo muy bien, y las arañas en particular las llevo mal (risas).

¿No le ha llamado Íker Jiménez?

(Risas) No, pero soy de las que ven el programa y de las que como haya un tema que me toque me quedo luego dos horas más viendo la tele diciendo "no hay ruidos, no hay ruidos".

Es usted muy versátil con el registro y con la edad...

Tengo suerte, porque tengo un abanico amplio y me han dado muchos papeles diferentes. Me dicen mucho que parezco más joven de lo que soy y que tengo físico de Europa del Este.

¿Algún papel soñado?

Quiero que me pongan armas en la mano. Algo como Kill Bill me podría fascinar.

BIO: Madrileña, de 28 años, esta actriz es una apasionada del baile y del cine. Además pinta y escribe en sus ratos libres. Esta versátil intérprete ha participado en películas como Torrente II, Entre las piernas o Juana la Loca. En series hemos podido verla en Un lugar en el mundo, El pantano y Hospital Central.