Las últimas pruebas reunidas por los agentes que investigan la desaparición y presunto homicidio de Marta del Castillo abren la posibilidad de que la última versión de los hechos ofrecida por Miguel Carcaño, autor confeso de la muerte de la joven, sea algo más que un relato verosímil.

En las últimas semanas, al Juzgado de Instrucción 4 de Sevilla, encargado del caso, ha llegado un informe elaborado por el grupo de la Policía Científica que constata la presencia de restos de ADN tanto de Miguel como de Marta en un tensiómetro localizado en la vivienda en la que, previsiblemente, ocurrió el crimen.

Según este informe policial, hecho público por El Mundo, hay pruebas irrevocables de que ambos jóvenes estuvieron en contacto con dicho aparato, que según la confesión de Miguel lo habría utilizado para comprobar si la chica seguía con vida. Además, los investigadores no descartan que en dicho tensiómetro pueda hallarse información genética de terceras personas.

El hallazgo de estos restos avala el relato de los hechos que hizo Miguel en su última declaración, en la que cambió su declaración, autoexculpándose de la muerte de Marta y señalando, como autor material, al menor apodado 'el Cuco' .