The Horrors: «Ahora sí que podemos hacer lo que realmente queremos»

The Horrors
The Horrors
Tom Bear
The Horrors

Sacar como single una canción que dura casi ocho minutos y que tiene influencias del krautrock es apostar fuerte y jugársela a una carta, máxime cuando hablamos de un grupo como The Horrors , que se dieron a conocer con un sonido cercano al punk garagero y una estética propia de personajes de Tim Burton. Sin embargo, la jugada les ha salido redonda, y todos los festivales del mundo se los rifan. Hasta My Bloody Valentine los han llamado para tocar en la edición de diciembre del festival ATP. Estamos, sin duda, ante unos nuevos Horrors.

Vuestro sonido ha cambiado mucho con respecto a vuestro primer disco. ¿Creéis que vuestros fans se pueden sentir decepcionados?

Rhys: Cuando grabábamos sabíamos muy bien qué era lo que queríamos hacer, y que era algo muy distinto. Por supuesto que nos planteamos en más de una ocasión cómo iba a reaccionar la gente, pero no podíamos dejar que eso nos influyera. Desde el principio nos hemos comunicado de forma muy activa con nuestro público, a través de fanzines e incluso compartiendo la música que estábamos escuchando, así que creo que a mucha gente le ha servido para conocer otros grupos a los que no habían prestado atención antes. Además, nuestros fans han crecido con nosotros, y creo que se sentirían mucho más decepcionados si hiciéramos Strange house 2.

El primer single lo habéis regalado en Internet. ¿Os ha influido lo que hicieron Radiohead con In rainbows?

Rhys: ¿Qué hicieron Radiohead? (Se lo explico, y Rhys continúa hablando). Ah, sí, eso... Es que realmente no prestamos mucha atención a Radiohead. Para mí, en realidad, tenía más que ver con PiL. Mi madre me regaló el libro de John Lydon, Metal Box. Aunque conocía muchas de las historias que contaba en él, lo que para mí fue un verdadero impacto es la forma en que trabajaban, cómo se comunicaban con el público a través de los vídeos, incluso la forma en que entregaban los discos y cuánto les preocupaba cómo podía acceder la gente a su música.

En Spotify hay una lista con lo que os ha influido al grabar  Primary Colours que incluye a Can, Velvet Underground...

Rhys: Eso no ha sido cosa nuestra, son unas comparaciones que han hecho en la web The Quietus.

¿Y estáis de acuerdo con ellas?

Rhys: Toda la buena música tiene raíces, y es imposible que las cosas buenas que se han hecho antes no te influyan. Me encantan la Velvet Underground, John Cale, los Stooges... y escuchar esos grupos te lleva a otros como Modern Lovers, y así puedes llegar hasta el momento en que Robert Johnson tocó la guitarra eléctrica por primera vez. Es como si fuera un gran árbol genealógico, que siempre te lleva al principio, y seguro que incluso la gente que empezó con el tecno en Detroit escuchaban a Visage o a Kraftwerk... Cuando te gusta algo tanto quieres formar parte de ello. Y eso es justo lo que nos mueve a nosotros.

¿Cómo elegisteis a Geoff Barrow (Portishead) como productor?

Josh: Nos pidió que fuéramos a tocar al festival ATP, y la verdad es que a todos nos encantaba su último disco: cuando les vimos tocar Third en directo pensamos que era el único grupo con el que compartíamos un acercamiento similar a la música y que trabajar con él nos daría un empujón hacia otra dirección. No queríamos hacer lo mismo. Geoff es muy bueno mezclando, y trabajar con él fue perfecto, nos entendimos muy bien desde el principio: queríamos explorar todas las facetas del sonido.

Tocáis en el Primavera Sound y en el FIB. ¿Qué puede esperar quien vaya a veros?

Josh: Creo que cuando tocamos hace dos años en el FIB , el tipo de público era más parecido al que podemos encontrar ahora en el Primavera Sound. Pero el cartel del Primavera es increíble, creo que es el mejor que hemos visto en años. No falta ni un solo grupo relevante de los últimos años, nos encantaría tocar siempre allí. En cambio, cuando tocamos en el FIB, era como estar en Inglaterra.

¿Cómo recordáis el accidentado concierto de Madrid en la sala Moby Dick?

Josh: Creo que ésa fue una noche especial, no había barreras entre el público y el grupo, y la forma en que tocamos, y la intensidad con la que respondió el grupo, creó una especie de comunión entre todos. Era caótico, pero fue un concierto increíble.

¿Y cómo os sentís con el cambio de sello a XL? 

Josh: Ha sido un alivio. Con el primer disco nos dijeron que teníamos libertad absoluta, pero nuestro concepto de grupo se veía un poco distorsionado por la gran maquinaria de la industria. Y ahora sí que tenemos la sensación de que podemos hacer realmente lo que queremos.

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