El protagonista de la historia no quería
Paul Ludwig, un alemán de 69 años enfermo de cáncer, decidió suicidarse en 1978, dejando a su familia una nota con el siguiente mensaje: "No me busquéis porque no me encontraréis".
Recientemente, una pareja alemana, Sebastian Gunther y su novia Stefanie Bauer, estaba dando un romántico paseo por un bosque cercano a la localidad de Bruckberg, al sur de Alemania, cuando encontraron un hueso entre los arbustos. Inmediatamente llamaron a la policía.
Cuando los oficiales inspeccionaron el terreno descubrieron un esqueleto humano que colgaba de un árbol a 12 metros de altura y que posteriormente sería atribuido a Ludwig. Su familia no se explica cómo este anciano de 69 años, con prótesis de cadera, logró encaramarse al árbol.
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