Camps llamó "muy nervioso" a su sastre para saber si había facturas a su nombre

El presidente, durante su discurso de Año Nuevo.
El presidente, durante su discurso de Año Nuevo.
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El presidente, durante su discurso de Año Nuevo.

"El domingo 8 de febrero, antes de mi declaración ante la policía, me llamó cuatro o cinco veces. Le noté muy nervioso. Me preguntó si habría alguna factura de Milano a su nombre. Yo le tranquilicé diciéndole que los cuatro trajes que encargó a Milano se habían devuelto. Fue cuando me dijo que Álvaro era un bocazas".

Es el testimonio que ha ofrecido a El País José Tomás, el sastre del presidente de la Generalitat valenciana Francisco Camps, a quién éste le encargaba la confección a medida de los trajes de lujo -algunos por valor de más de mil euros- y que ha compadecido ante la Policía como testigo del caso Gürtel que amenaza de corrupción a altos cargos del Partido Popular.

José Tomás fue llamado a declarar cuando se conoció que regalaba trajes a políticos valencianos que luego eran pagados -"con billetes de quinientos euros"-por Orange Market, una de las  empresas relacionadas con la trama de corrupción que gira entorno a Francisco Correa. 

Según el relato de los hechos en manos de la Fiscalía Anticorrupción, el sastre y Camps fueron presentados por otro Álvaro Pérez, El Bigotes, otro de los empresarios de la trama y estuvieron en contacto durante "un año y pico".

Durante ese tiempo, la relación entre Tomás y Camps estuvo presidida por encuentros en el hotel Ritz, americanas de lujo, trajes a medida y así hasta un importe de 12.783 euros, según la contabilidad del juez Baltasar Garzón.

Aunque Camps era un cliente "muy exigente", otros lo eran más. "Álvaro [el Bigotes] presumía de ser el tío mejor vestido de España, era un cliente compulsivo".

Cuando el caso Gürtel fue destapado por Garzón, empezaron las llamadas de Camps a su sastre. "El domingo 8 de febrero, antes de mi declaración ante la policía, me llamó cuatro o cinco veces. Le noté muy nervioso. Me preguntó si habría alguna factura de Milano a su nombre".

El sastre confirma la redacción del auto del juez. "Sí, es cierto, mientras estaba declarando [ante la policía] tenía el móvil abierto y me llamó entre ocho y diez veces. No cogí el teléfono y no he vuelto a hablar con él. Creo que ya estaba fuera de lugar. Todavía siguió llamándome un par de días más".

Al poco tiempo de declarar, Tomás fue despedido de su trabajo en Forever Young, empresa por la que había abandonado su anterior puesto en Milano después de 32 años de trabajo. La carta de despido le acusa de elaborar "facturas falsas".

Así, cada varios meses una persona de Orange Market se pasaba por la tienda para efecturar los pagos. Éstos los hacía en metálico el ex dirigente del PP gallego Pablo Crespo, número dos de Correa y administrador único de Orange Market.

"Venía cada seis meses aproximadamente con un fajo de billetes de 500 y pagaba 30.000 o 35.000 euros. La última o las dos últimas veces pagó Orange Market mediante transferencias bancarias", asegura Tomás, quien también dice que desde 2005 y hasta 2008, cobró más de  trajes de Camps y otros miembros de la trama por unos 240.000 euros.

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