Derrochar no está de moda: 'chiconomic', un estilo surgido de la crisis

  • La ropa y complementos con logotipos gigantes de las grandes firmas quedaron atrás. Fardar de bolso de marca es historia.
  • Cuánto ha costado una prenda ya no importa. La crisis ha supuesto el resurgir del estilo 'chic-o-nómico', racional y solidario.
  • Esta moda llega a los ricos: hombres y mujeres que solían gastarse grandes cantidades de dinero en ropa ya no les parece "muy ético".

Lo ostentoso ya no se lleva. Lo dicen los entendidos, lo asumen las empresas y lo manifiestan las celebrities. Lo último es el modelo recesionista o chiconomic. Quienes lo practican descubren el placer de encontrar gangas y adquirir un traje por 60 euros en lugar de 600.

"Es mucho más divertido ir a Zara, Top Shop o H&M y encontrar una prenda que cumpla los cánones de la temporada, bien hecha y con un buen tejido. Las hay si sabes buscar", asegura Julia Martínez, jefa de estilismo de la revista Telva y bloguera de Telva.com.

Y pone un ejemplo: "Si encuentras un buen chaquetón marinero muy parecido al de Dior, le quitas la etiqueta y ya está. Nadie tiene por qué saber". Y, haciendo referencia a Armani, recuerda que "el lujo se había confundido con el exhibicionismo".Jennifer Love Hewitt

Lo mismo ocurre con los productos de alta gama, según Pedro Zozaya, editor de moda de Vogue.es. "Con la crisis, ya no está de moda que las grandes firmas, como Chanel o Gucci, muestren los logos", explica; "que algo te cueste dinero o no es irrelevante". Así lo reflejan las publicaciones especializadas. "La línea editorial en Vogue es alternar piezas de grandes diseñadores con cosas vintage o de segunda mano, bastante más asequibles" explica Zozaya.

Marina Clarimón, directora de marketing del club privado de compras on line BuyVIP, cree conocer el origen de este fenómeno. "Se ha impuesto cierta racionalidad, una especie de sentido común que nos incita a ser más responsables con lo que consumimos", afirma. Pero no es un fenómeno reciente:  "Lo que ha hecho la crisis es darle visibilidad, hacer que esta tendencia se convierta casi en mainstream", asevera la responsable de esta empresa especializada en moda.

Esconden el dinero

El modelo recesionista no sólo lo siguen personas en una situación económica precaria. A hombres y mujeres que solían gastarse grandes cantidades de dinero en ropa ya no les parece "muy ético", aunque lo tengan, dice Julia Martínez. "Si ves la cantidad de gente que se está quedando sin trabajo, te parece muy poco moral hacer eso e intentas esconder el dinero", asegura la blogera de Telva.com.Eva González

Marina Clarimón afina un poco más: "El perfil de este nuevo consumidor es el de una persona entre los 25 y los 40 años, de un entorno urbano, familiarizado con las nuevas tecnologías y que busca la calidad sin tener que pagar por ella un precio desmesurado", especifica la directora de marketing de BuyVIP. "Y que hay un grupo importante de hombres en esta tendencia es absolutamente cierto", añade.

Los famosos no permanecen al margen. "En eventos de alfombra roja ves a celebrities vestidas con vaqueros y, a lo mejor, en eventos más informales, vestidos de noche o esmoquin", afirma Pedro Zozaya. Para este editor de moda, hay en este sentido una ausencia de normas: "Las celebrities marcan la tendencia, y ellos hacen lo que les da la gana -cree-, alternan un bolso de Chanel con cualquier cosa que hayan encontrado en un mercadillo".

En cualquier caso, Julia Martínez destaca: "Arreglarse no quiere decir ponerse un vestido de Chanel, sino ir con complementos, peinado y maquillaje acordes con tu cuerpo". E incide en los hábitos de las personas con más recursos económicos: "A lo largo de estos años, por mi trabajo -cuenta- siempre que he conocido a gente con muchísimo dinero ha sido gente muy discreta... Dime de qué presumes y te diré de qué careces".

Con flecos y remiendos

La moda se adapta a la crisis en el aspecto económico, pero, de alguna manera, también en el estético. Pedro Zozaya indica que se está recuperando la forma en que se vestía en 1929, cuando sobrevino la Gran Depresión. El estilo de los años treinta, los vestidos saco y los flecos, "se mezcla, además, con el look vagabond", explica el editor de Vogue.es.

Así, vuelven "los sombreros de paja, lo vintage y los bolsos en patchwork, como si fuesen retales. Todo muy sofisticado, pero buscando el estilo vagabundo hecho chic", sentencia Zozaya.

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